Era sábado por la tarde, habíamos pactado en vernos en la casa de Moon aquella noche y hacer una pijamada. Dahlia estaba invitada naturalmente. La casa de Moon era el único lugar en el que podíamos dormir juntas, por eso nunca nos reuníamos en otras casas. A veces, me sentía culpable por el hecho de pensar de que quizás estábamos usando a Moon para vernos. Estábamos en declive.
Comimos pizza y miramos películas. Si la memoria no me engaña, miramos The Witch. Y meh.. regular. Dahlia y yo ansiábamos el momento en el que podamos abrazarnos libremente y poder sentirnos, aún así la pasábamos genial con Moon.
Estábamos recostadas sobre un colchón en el sueño, Moon en el quinto sueño por supuesto. Hablábamos con Dahlia sobre como serían nuestros futuros y el hecho de que jamás nos habíamos besado. Alguien tenía que hacerlo, y lo hizo ella. Dahlia dió el primer beso y me paralicé. Sorprendida y confundida con un cocktail de sentimientos en mi estómago. La besé de regreso. Le besé de regreso una, dos, tres hasta más de cuatro veces. Quería más y estaba confundida. Era como una droga que me llenaba aque espacio vacío. ¿Qué estaba mal conmigo? ¿Por qué siempre dudaba tanto y por momentos había calma absoluta? Nos besamos y en el final, nos dormimos abrazadas.
Esto se repitió mil veces en la casa de Moon, a veces llegando un poco más lejos pero siempre mientras Moon estaba en los brazos de Orfeo.
Los siguientes días estuve de excelente humor, repetía aquella imagen en mi cabeza varias veces y sonreía. Sonreía porque a pesar de estar perdida la gente todavía podía encontrarme.

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Resiliencia.
Teen FictionTodo comenzó cuando el reloj dió las doce de la noche aquel 10 de enero del 2016. Dejé que el fuego consuma por completo el pabilo de la velita de mi pastel y salí corriendo. Me abrí paso entre la gente, entre los globos, entre el murmullo de los in...