Me desperté lentamente, estaba atardeciendo.
Peter estaba al lado mío, seguía dormido.
Aproveche para lavarme el rostro, me dirigí hacia el baño, mire mi reflejo en el espejo.
Hace tiempo que no me veía.
Mi rostro se veía diferente, me sentía diferente.
Tenia unas ojeras muy visibles, ya no me veía tan débil.
No me sentía débil, a decir verdad.
Unos músculos sobresalían en mis brazos, no eran muy notorios, pero ahí se hallaban.
Abrí el grifo, tome un poco de agua con mis manos y lo arroje hacia mi rostro, sentí el agua fría, era muy reconfortante.
Recordé el incidente que había hecho hace unas horas.
Me sentía avergonzada con Peter, con todos.
Recordé los ojos atemorizados de el, aunque era cómico que Peter le temiera a una chica.
Un dolor en el vientre interrumpió mis pensamientos, sentí un liquido fluir.
Mierda, mierda.
Esa era la explicación, y apestaba.
Abrí la puerta lentamente, camine de puntitas, tratando de no hacer algún ruido que despierte a Peter, seria incomodo explicar eso.
Tome lo que necesitaba, y entre al baño corriendo, sin querer, cuando cerraba la puerta, se azoto.
Mierda, me cambie rápidamente, los leggins, habían sufrido también, por lo que aproveche y me coloque unos jeans negros.
Tome toda la ropa que sobraba y abrí la puerta, ahí se hallaba Peter, sentado, con los ojos somnolientos, pero abiertos.
El color invadió mis mejillas cuando me di cuenta de lo que llevaba en la mano, volví al baño, deje todo y salí.
-Peter...-Seguí.-...Por que despertaste?
-Azotaste la puerta, _____.
-Disculpa.
Peter solo asintió, en unos cuantos segundos, estaba en frente de mi.
-Tendremos que irnos, de nuevo a Nunca Jamas.-Estaba confusa, apenas había llegado ayer y ya me tendría que ir?.-Son ordenes de tus padres.
Quede paralizada, mire a Peter, y luego mire la puerta, mis padres... Me pedían que me fuera?
La ira invadió todo mi cuerpo,
Salí dando pasos largos hasta llegar al comedor, donde estaban la mayoría del pueblo.
Mis padres me saludaron, yo simplemente me mantuve callada.
Todos conversaban animadamente.
Los contemple, aun estaba en shock.
Todo se quedo en silencio.
Yo seguía sin hablar.
Silencio.
Se oyeron unos pasos bajar por las escaleras.
Mas silencio.
Peter se posicionó al lado mío.
Un silencio profundo invadió toda la sala.
-____? Vienes a despedirte?.-Mary me sonrió tiernamente.
-Sí.-Sonreí ampliamente.-Aunque no esperaba que mis propios padres decidieran echarme de la casa, pero esta bien.
-_____ es.....
-No hay ningún problema.
-____ es por tu bien.
Esta vez solo guarde silencio, sabiendo que si decía una palabra mas explotaría.
Unos brazos rodearon mis piernas, ahí se encontraba mi Tío, Neal.
Parecía ser inconsciente del momento incomodo.
Y eso es lo que me encantaba de los niños, su falta de preocupación, la manera en que ven el mundo, tan tranquilos, ignorando todo.
Me agache hasta llegar a su altura, sus pequeños ojos me miraban atentamente, y una sonrisa se asomaba en la comisura de sus labios.
-Jugaremos?
-No, pequeño, hoy no.-Agarre sus pequeñas manos.-Tengo que irme de nuevo, lo siento.
El comenzó a llorar, sus pestañas se humedecieron, dandole un aspecto mas tierno.
Lo atraje hacia mi y lo abrace, sobando su melena negra.
-Oh, no llores, será en un corto tiempo, ni te darás cuenta de que me fui.
Sinceramente, parecía yo ser mas la tía que el.
Se separo de mi y su mirada volvió a ser de alegría inmensa.
-Te quielo, _____.-Me encantaba que no confundiera la L con la R, le daba un tono gracioso y adorable.
-Yo también, adiós.-Me levanté y me dirigí hacia la puerta, Peter me siguió, salí de ahí, sin mirar atrás. Y sin decir un adiós.
Incline la cabeza y di un suspiro de derrota.
-Vámonos.-cerré los ojos, y Peter tomo mi mano, sentí un leve mareo.
Abrí de nuevo mis ojos, aquí estaba, otra vez en la isla, pero esta vez, porque mis padres lo desearon.
Aparecimos en el bosque, genial, tendría que caminar.
-____ serias una buena madre.-Peter soltó de repente.
-Siempre he deseado tener un hijo.
-Podría ayudarte.-Peter levanto una ceja y me sonrió.
-No seas pervertido!.-Lo golpee en el brazo.
-Ciertamente, aunque no creo que naciera para ser un padre.
Me quede en silencio, no había unas palabras correctas para decir.
Habíamos llegado.
Pare a Peter unos segundos.-No creo que no hayas nacido para eso, simplemente fue en una época dura.
Peter me miro, había un rastro de sorpresa y gratitud en su mirada.
Tome su cuello y lo atraje hacia mi.
-Gracias _____.-Peter rozo sus labios contra los míos, una corriente eléctrica invadió mi cuerpo.-Siempre confías en mi.-susurro antes de besarme.
Sentía mariposas en mi estomago, aunque parecía mas fuerte que eso.
Parecía un huracán en mi estomago.
Me separe de el, al recordar que ya estábamos en el campamento.
Todo estaba demasiado callado, demasiado... normal.
Algo aquí no andaba bien.
Nos acercamos a los niños perdidos, ellos, al vernos, inmediatamente se tensaron, algunos se arrodillaron ante mi novio, las palabras sonaban extrañas, pero me encantaba esas dos palabras.
-Perdónanos por favor!
Todos lloraban, los mas pequeños se habían arrodillado.
Esperen, donde esta Felix?
Peter y yo intercambiamos miradas, parecía que nos habíamos dado cuenta al mismo tiempo.