Diablos, no podía recordar casi nada de lo que había pasado después de ver la mirada preocupada de Peter.
Pero si recuerdo algo a la perfección.
Casi le digo que me estaba enamorando.
Parezco de esas chicas a las cuales siempre ame criticarlas.
Por suerte se lo dije en Francés.
Me levante, me sentía...
Bien.
Eso era extraño, hace tiempo que no me sentía así.
Peter no estaba. Tome una larga ducha fría, el agua era reconfortante, trate de manejar de nuevo el agua y funcionaba, cada vez lo hacia mejor, tarde unos minutos en darme cuenta que me estaba demorando.
Salí de ahí.
Me coloque un short de jean que parecía desgastado. Me coloque un saco de lana beige y un collar con una cruz, me coloque unos zapatos blancos y salí de ahí.
-Peter!
-____!
Dijimos nuestros nombres a la vez, yo sonreí, Peter me miro y luego miro hacia la playa. Entendí enseguida.
Hice aparecer una barra de chocolate y me fui hacia la playa.
-Quiero hablar contigo.-Peter se recostó en un árbol. Me senté al lado de el.
-Tu manejas agua, eso es increíble, nunca había visto a alguien capaz de hacer eso.
-Lo se, soy sorprendente.-Traje un poco de agua al lado de Peter.
Peter miraba el agua, trate de hacer una estrella grande y funciono.
-____ recuerdas que dijiste que te enamorara?.-Tome un pedazo de la barra de chocolate.
Y lo hiciste sin darte cuenta, pensé.
-El caso es que desearía que salieras conmigo esta noche, aquí, en la playa.
-Estas pidiéndome una cita, Pan?
Peter me miro con odio.-Sí.-Dijo al fin derrotado.
Lo tire a la arena.-Eres una ternura.
-No lo soy.
-Si lo eres.
-Tu trabajo es fastidiarme la vida?-Me miro irritado.
-Claro.-Sonreí satisfecha.
Me levante, no se que haría mientras esperaba a que fuera de noche.
-Puedes aprender a usar arco y flecha.-El chico, Felix, me hablo, tenia un todo de voz grueso, pero hablaba en un tono suave.
Que ironía.
Se acerco hacia mi con pasos lentos, pero seguros. No me tenia miedo, al fin, alguien ademas de Peter.
-Primero, Lees mentes?. Segundo, Hablas!
-No leo mentes, tu mirada es delatadora, eres algo así como un libro abierto.
-Me molesta eso.-Admití.
-No me interesa. Ven.-Tomo un arco y un carcaj de flechas que estaban al lado de un niño. El no dijo nada, yo lo hubiera golpeado.
Felix me llevo a una especie de casa de entrenamiento, solo que no estaba hecho de ningún material como las cabañas, tenia unos palos parecidos a la jaula donde desperté el día que llegue aquí.
En la parte izquierda, se hallaban los blancos, y la parte derecha se hallaban armas.
-Veamos que puedes hacer.-Tome el arco y saque una flecha del carcaj.