No... Esto no es para nada un final feliz.

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Tick Tock, Tick Tock.

Las horas pasan, los segundos pasan con fluidez al igual que los minutos, el tiempo no se compadece de mi.

No hay vuelta atrás y no hay piedad que infrinja sobre las estrictas leyes del tiempo.

Estaba agitada, había intentado hace unos minutos deshacerme de las cadenas que impedían mi acceso a escapar.

Un pequeño sollozo salió, indeseado e imprevisto.

-Hey.-Oi una voz cercana, mi respiración se agito.-Tranquila preciosa, no te haré daño.

-¿Quien eres?.-Logre decir en un hilo de voz, esa era la intencion de Katherine, forcejear hasta dejarme agotada, habia lanzado un plato de comida hacia mi direccion como de una vagabunda se tratase.

Podría estar muriendo, pero era demasiado orgullosa, por lo que rechace dignamente probar algún bocado que estaba esparcido entre la bandeja y el suelo.

Ella se había ido con el ceño fruncido y enfadada por no lograr su cometido, patética.

-Angelly, un gusto bella dama.-Una figura pálida de una mujer salió, sus ojos reflejaban ojeras y curiosamente.. También eran violetas, tenia la melena alborotada y su sonrisa era macabra.

Menuda chica mas extraña, no parecía del todo cuerda, pero ya saben lo que dicen, las mejores personas están locas.

Abrí mi boca para decir algo, pero con cada palabra, era un gran esfuerzo y una agonía creciente.

-Oh, lo olvidaba.-Apareció delante de mi, con un pequeño plato de comida y agua. Desabrocho mis cadenas rápidamente, mis brazos cayeron estrepitosamente hacia el suelo, no tenia fuerzas, pero me obligue a usar el ultimo aliento que tenia y bebí un poco de agua, atragantandome por la velocidad en la que estaba bajaba, mi garganta estaba seca, tenia unas marcas en mis brazos, que solo servían para recordarme hasta donde estuvieron aquellas cadenas.-Puedes tomártelo con calma, Katherine no esta por aquí.

-¿Como lograste hacer eso?.-Pregunte enseguida.-Menuda chica mas extraña.-Dije en un murmullo casi inaudible.

-No soy tan extraña, simplemente llevo la mitad de mi vida encerrada aquí, digamos que unas voces en mi mente me atormentan.

Hice lo mas estúpido de mi vida, me reí, en su rostro se formo una pequeña sonrisa escondida, no la conocía lo suficiente y dude de que fuera una amigable.-Lo siento, no quería...

-Me hubiera molestado si empezaras a tener lastima de mi, me agradas.-Sonrió de oreja a oreja.-Respondiendo a tu primera pregunta.-Movió sus dedos provocando unas chispas mangeta.-También tengo magia, al igual que tu.

-¿Por que me ayudaste?

-Nathan.-Respondió.-Quiero decir, el chico de ojos violeta, el me pidió ayuda hace un par de días.

Estiro su mano ayudándome a levantar, logre visualizar pequeñas hebras por su cabello y un vestido cafe rasgado.

-A cambio de mi libertad, pero no soy tan fácil de comprar por lo cual accedí simplemente si me agradabas.

-¿Y te agrado?

Se acerco mas a mi, dejando unos centímetros de distancia.-No me decepcionaste para ser la chica mas poderosa, pensé que serias arrogante.

Se separo de mi, girando su cabeza hacia atrás.-Te ayudaré.

-¿Cuanto tiempo llevas aquí?

-Desde que nací.

-Cuéntame.

-No es muy interesante.

-Cuéntame.-Insistí.

Love between demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora