Estire mi brazo, apoyandolo en mi rodilla, ahora estaba totalmente descubierto.
Presione la punta sobre mi brazo, muy cerca de las muñecas, y corte.
Un dolor muy familiar volvió a mi.
Veía la sangre salir en brotes.
No me moleste en limpiar las gotas de sangre que comenzaron a caer en el suelo, coloque de nuevo las tijeras en otra parte de mi brazo, cerré los ojos y lo moví con fluidez.
Volví a hacerlo un par de veces mas, ya estaba perdiendo la cuenta, sentí que abrían la puerta, volví a traer mi cuerpo hacia mi, procure hacer el mínimo sonido.
Sentí la puerta ser azotada con furia.
Volví a mi antigua posición, seguí cortándome, un gemido de dolor salió de mi boca, esta vez había sido demasiado cerca a mis muñecas.
Alguien me arrebato las tijeras y encendió la luz.
Oh, estaba perdida.
No mire hacia arriba, esperando una reprimenda por parte de alguno.
Pero era solo Peter, mirando de mi brazo al piso.
Le seguí su mirada y me di cuenta de que todo mi brazo estaba rodeado de sangre seca, y en algunas partes, aun caían gotas libremente, dando un reflejo de que mi piel en realidad era roja y el suelo, había una gran mancha.
Y en ese momento me di cuenta de lo que había hecho, y me sentí horrible.
Me aleje lo mas que pude de esa escena y de él.
Pero me lo impidió, me tomo del otro brazo y me obligo a permanecer sentada, en frente de el.
-No te voy a preguntar por que lo hiciste.-Le costaba hablar.-El por que, es, había necesidad de llenar todo tu brazo?
No podía mirarlo, estaba demasiado avergonzada, y este era de los momentos que mas detestaba, no importaba cuanta magia tuviera, jamas podría arreglar esto, el dolor, la necesidad.
-Puedes insultarme, déjame si quieres.-Una lagrima cayó, me sentía inútil.
Peter se agacho, quedando a mi altura, tomo mi barbilla con fuerza y sonrió.-Nunca.-Y me soltó.
Hizo aparecer un botiquín.-No, no.
-Debiste pensarlo antes de hacerlo.
Tomo mi brazo y comenzó a aplicar alcohol en un algodón.
Sabia que no lo haría con magia, simplemente porque quería demostrarme que esto no valía la pena.
Me retorcí del dolor al sentir el frío alcohol penetrar mi lastimada piel.
-Tengo miedo.-Admití mirándolo a los ojos.
El simplemente se tenso, era la primera vez que admitía el miedo que tenia.
No obtuve ninguna palabra reconfortante, ni alguna frase empalagosa.
Solo un beso brusco, y para ese momento, no me importo, solo lo quería sentir.
Peter respiro y se levanto de mi.-Hablaremos de esto después.
Yo solo asentí.
-PETER! Demonios abre la puerta.-Grito Emma.
Me tense, no, no.
No podían saber la verdad.
Y la puerta se volvió a abrir.
Peter miraba tranquilamente.
Yo atraje mi brazo hacia mi pecho, lastimandolo un poco mas.
-____ no te vuelvas a ir así.-Me dijo Emma con su voz llena de preocupación.