Regreso

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Descendientes no es mi historia. Solo me baso en ella. Todos sus derechos son de Disney. Yo sólo le doy una continuación diferente.





-.......Eres rara, no logro entenderte.

Mal trataba de mantener la calma pues ya habían pasado cuatro días y seguía con lo mismo.

-Pues no sé qué decirte. Eran mis deseos, y yo elegía que hacer con ellos- y dicho eso volteó a ver a su compañía que era nada más y nada menos que Zafira, hermana de Jordan, hija del genio de la lámpara y sí, ahora la genio de Mal.

-Bueno si, pero ¿gastar dos de tus deseos en esas cosas? Ama, estas loca.

Mal solo embozó una sonrisa antes los recuerdos de hace cuatro días...






Flashback

-¿Cuáles son tus tres deseos Mal?- preguntó Aladdin en espera de Mal.

-Yo......

-Cariño, si no es mucha molestia, ¿Podrías apurarte? En cualquier momento llegaran los guardias reales- dijo Eliza en voz de todos pues en cualquier momento estarían atrapados y sin escape. Pues no importa que les inventen a los guardias, el hecho de que los encuentren reunidos en un cuarto oscuro y con el rey y su hijo que han estado desaparecidos desde el ataque al palacio no da una buena imagen que digamos.

-No lo sé. Es muy poco tiempo para pensarlo- dijo Mal entrando en nervios.

-Pide un arma para alejarlos.

-No, que mejor pida que aparezcamos en otro lugar

-¿Estás loco? Tarde o temprano nos encontrarán ahí también

-¿Entonces que sugieres que haga?- todos los miembros de este gobierno empezaron a discutir sobre los deseos que debía pedir Mal. Algunos hasta se le acercaron para apresurar la a tomar el deseo que ellos creían era el adecuado pero otro los alejaban para hacer lo mismo con ella. Todos con el objetivo de salir de esta, pero sin darse cuenta que ponían nerviosa a nuestra guardiana hasta el punto en que quería alejarse de todos lo más pronto posible para poder respirar.

-¡Suficiente!- rey y príncipe gritaron a la vez haciendo que todos se quedaran inmóviles por la orden de la realeza.

-Entendemos que estén desesperados para encontrar una salida- dijo Sinbad tratando de calmar a su gente.

-Pero esa no es la forma de hacerlo. Han alterado a nuestra pequeña invitada- siguió Aladdin con la idea de su hijo haciendo un ademán con su mano haciendo que todos voltearan a Mal quién inconscientemente había hecho que sus ojos cambiaran a verdes y brillarán en señal de que estaba a punto de explotar. Ante eso, todos se dieron cuenta de lo que hicieron y se calmaron para no hacerle nada a la hija de Maléfica.- Además, todos estamos de acuerdo que ella es quien pide sus deseos. Nadie más. Ahora Mal, te doy un consejo de una persona que tuvo su lámpara a otra. Pide tus deseos sabiamente.

Todos se quedaron en silencio en espera de los deseos de Mal. Ella, ahora un poco más calmada empezó a pensar qué deseos debería pedir pero nada se le ocurría. Si se le venía una idea, encontraba riesgos. Y si tenía otra idea sin esos riesgos, otros nuevos aparecían.

Sin poder evitarlo, sus pensamientos viajaron a cuando vivía en Auradon y compartía con su amiga Jordan. Ella era increíble, y su magia era muy diferente a la suya. Tenía sus reglas si, como el no matar a nadie o hacer que se enamoren de ti, o controlar a la gente pero, aparte de eso, todo lo que quisiera lo podría tener. Pero eso sólo si su amo la liberase del deber de ser una genio.

Descendientes 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora