Baile

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Descendientes no es mi historia. Solo me baso en ella. Todos sus derechos son de Disney. Yo sólo le doy una continuación diferente.



-Un momento- antes de que pudiera decir algo, fui agarrada del hombro y llevada detrás de la espalda de Gil quien ahora encaraba a Ben al igual de todos mis amigos de la Isla- No puedes pedirle a Mal que se quede aquí. Ella pertenece a la Isla. Ese es su hogar.


-Pero se te olvida que ella también ha vivido en Auradon. Éste es su hogar- dijo Chad poniéndose a lado de Ben al igual que Audrey, Dough, Loonie, Jane, Carlos, Jay y Evie.

-Olvidan que en la Isla están sus amigos. Ella se va con nosotros.- dijo CJ mirándolos desafiante

-Oh, entonces qué, ¿nosotros estamos pintados? Si mal lo recuerdo también somos sus amigos- dijo Audrey enojada.


Y sin darme la oportunidad de hablar empezaron las discusiones entre las personas de Auradon y las personas de la Isla. Cada quien dando sus argumentos de por qué debería quedarme con quien.

Aunque tratara de hablar no me hacían caso. Mire a mi alrededor esperando lograr calmar las cosas, o por lo menos calmarme a mí puesto que toda esta discusión me estaba hartando. Pero a todo lugar que volteaba había discusiones . Bueno, excepto por mi madre quien se encontraba sentaba al fondo del salón riéndose de la situación junto a un hombre a quien no logró verle la cara pero que al percatarme de su presencia sentí un fuego en mi interior. Volví a mirar a mis amigos que parecían que estaban a punto de pelear físicamente, pero eso logró hacer que ese fuego aumentará de tamaño.


~Vamos Mal, tu bien sabes cómo terminar con este escándalo~


Volví a escuchar esa voz, y sin cuestionarse de donde provenía solo actué como me decía. De cierta forma era parecido a mi magia, no tenía que pensarlo, solo desearlo.

- ¡SILENCIO!- grité lanzando una rafaga de viento de color azúl logrando llamar la atención de todos y terminar con la discusión.

-¿M-Mal?- preguntó Gil bastante nervioso al toparse con mi mirada furiosa. Creo que deje bastante en claro que no sería bueno que me provocaran.

Volví a dirigir la mirada a mi madre quien me miraba con una gran sonrisa brindándome apoyo. Con un suspiro me encaminé nuevamente a Ben quien no apartaba la vista de mi. Alcé la mano que sostenía lo que me había dado Ben. Su anillo.

 El verlo me traía tantos recuerdos que no pude evitar sonreír y acariciarlo con el pulgar suavemente. Todo bajo la atenta mirada de todos los presentes que esperaban ansiosos a que hablara.

-Ben- dije al final alzando la vista hacia la suya- No puedo negar que fuiste tu quien me volvió quien soy. Desde que decidiste darnos una nueva oportunidad a mi a los otros. Y qué decir que fuiste tu quien me enseño a amar....- para ese entonces podía sentir el nerviosismo de Gil y de los demás por mis palabras.- Eres una persona única y no puedo negar que, pese a todo lo que ha pasado sigues siendo especial para mi.

-Mal...- dijo esperanzado tomando nuevamente mi mano. Le dediqué una sonrisa la cual me regreso pero al instante se le fue al ver que mi sonrisa no llegaba a mis ojos.- ¿Pero...? Como si leyera mis pensamientos me pidió que siguiera adelante.

Aleje mi mano de su agarre y cerré su palma en un puño dejando en ella el anillo.

- Pero...no de la forma en que piensas. Todo lo que ha pasado me ha cambiado. No soy la misma, y mis emociones tampoco lo son. Claro que te quiero, al igual que a todos los demás pero el amor que sentí antes... es amistad ahora.

Descendientes 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora