16- Vida.

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Había algo que recordó Outer por la conversación que había tenido hace unos días con Stave, y era lo primero que dijo cuando había llegado y abrazado al árbol que estaba a su lado. "aún vive".

Eso le traían muchas dudas, como era posible que abrazarle podía decir tales cosas que a muchos científicos les costaría. Aquel tronco tenía un color opaco, sus ramas no habían florecido desde que la guerra entre ambas razas se habían dividido, debía aclarar su duda, por lo que aprovecharía tal visita.

Stave llevaba su coleta enrollada sobre Su cabeza, el cielo mostraba piedad y mostraba los rayos de luz que hacían muy feliz a Stave, era casi imposible verlo con lágrimas, en todo ese tiempo, ataques no hubieron, pero sabía que había todavía tensión, los de su pueblo estaban intrigados de quien había escrito su poema, y esa tensión le superaba. Prefería estar en casa o solo quedarse en el trabajo.

— ¿Y ese atuendo? —Preguntó Outer una vez el contrario le sonriera como un saludo.

— Quería disfrutar un poco del sol y llegue a mi cuello.

Outer alzó una ceja pero no comentó más allá de ello.

— Te ves adorable.

Stave rió, negando.

— Como digas, tonto.

Quedaron en silencio, Outer debía de vez en cuando caminar por la zona y revisar si no había nadie antes de poder disfrutar más de la compañía del rubio. Hacía algo ilegal en su trabajo, pero ya dicho anteriormente, disfrutaba más estar junto a su amigo misterioso a que ver la nada.

— ¿Cómo sabes que este árbol está vivo, Stave?

El mencionado dejó de palmar el suelo y pasar la tierra húmeda por las raíces del árbol. Miró incrédulo a su emisor, sonriendo.

— No todo... lo que muestra rastros de estar muerto... lo está. Ya verás que... —Tuvo que respirar para seguir— Algún d-día podrá despertar.... de un sueño profundo... N-no hay... Que perder esperan...za.

Cuando pronunciaba ello, su voz extrañamente se hacía más débil y temblorosa, su sonrisa antes esbozada se hizo una mueca la cual tapó con sus manos que por más que había estado tocando la tierra estaban limpias. El peliazul no entendía por qué de su reacción pero se preocupó, acercándose para tomar de sus mejillas al ser capaz de hacer ello.

— Tranquilo... Si no querías responder no te obligues.

El de pecas trató de hablar, pero solo salieron respiraciones toscas, sus lágrimas bajaron, comenzando a sollozar.

— Solo... M-Me da miedo... A que de verdad ese sueño sea... Profundo por siempre...

Outer recordó la piedad a no querer morir el día del incendio, y sin saber qué decir, pasó la línea que los separaba y lo abrazó contra sus brazos, proporcionando un leve calor y mimos en su cabello, Stave no aumentó su llanto pero no se separó, se mantuvo ahí por un largo rato, solo a los minutos pudo corresponder.

— Tú estás vivo, Stave... Si crees firmemente... El árbol también vivirá...

— ¿lo crees? —Preguntó ahogado.

—... Lo creo.

Se separó riendo bajo, avergonzado por lo que sucedió y suspiró ya más relajado.

— Gracias. Nos haces muy feliz.

Flor Andante. ¦ OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora