22- Blanco.

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Outer veía su espada, su arma que no había usado durante bastantes meses, las personas que querían atacar eran detenidas por los del mismo pueblo, habían marchas que gritaban el deseo de dejar de limitar fronteras y poder cruzar, de todos modos aún seguía siendo una ley la prohibición de pasar al otro lado, pero eso estaba cambiando, con Nightmare siendo el primero con poder que alzó la voz muchos jóvenes, los más abiertos de mente reprendían a los adultos que negaban la mezcla de ambas "especies".

Muchos creían que los guardias tenían ese corazón oscuro, y su puerta estaba infestada de papeles y más cosas que hacían su vida más pesada, el único lugar donde tenía tranquilidad era el mismo bosque, uno donde ya no podía entrar debido a personas que creyendo que él estaba contra ellos, le negaban el paso. Tuvo que ir donde Nightmare para dar su resolución.

— Prefiero mantenerme oculto sobre esto. —Dijo el peliazul, mientras dejaba el arma que observaba sobre la mesa del pelinegro, éste veía sin mucho interés lo que decía, de todos modos todo andaba sobre ruedas y solo era esperar la aceptación de los otros del consejo para seguir con el plan y parar con todo.

— ¿Renuncias?

— Sí, pero no solo yo. —Agregó— Todos los guardias para que la otra frontera vea que no vamos a atacar.

— Cuidado con lo que pides, Outer. Te puede salir caro. —Nightmare sonrió ladino y se levantó de su asiento, tomó la espada del contrario para examinarla— El otro lado quizás todavía no está preparado para tal paso.

— Que sea entonces poco a poco.

El mayor miró al contrario sin deshacer su sonrisa, Outer podía comprender un poco de su sentimiento, por fin algo que deseaba durante años pasaba ahora mismo, aunque él mismo solo quería ya descansar de todo y lograr tener una vida normal junto a Stave.

— Me gusta la idea, pero todavía te necesito como mensajero, así que serás uno de los últimos en retirarte, y descuida, haré que te paguen bien y así no te quejas, no quiero rechazos. ¿Entendiste?

— Con tal que me dejen pasar a mi puesto estoy bien.

Con tal trato Outer volvió donde se debía juntar con el de pecas, quien estaba acostado entre las raíces, al parecer, durmiendo. Su piel blanca y cubierta de tales puntos solo le hacían apreciar cada detalle, era una lástima que todavía no podía conocerlo, o qué hacía, pero gracias a él tuvo el coraje de terminar todo, todo era gracias al menor.

Pero presentía que algo iba a suceder, no le agradaba mucho que aquel árbol no tuviera hojas cuando todas las demás sí.

Flor Andante. ¦ OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora