Flor Andante. ¦ OuterStave

26- Techo.

Todo era tan extraño, llevaba tres semanas sin Stave y sentía su vida vacía, por más que no lo hubiera conocido por completo, le había cautivado con solo su sonrisa, su rubor, sus pecas... Todo de él, le oprimía el pecho saber tal noticia de ser un guardián justo minutos después de que desapareciera, si quizás le hubiera contado antes... Estaría consciente que no debía haberse enamorado, pero eso era inevitable; lo sabía.

Sentado en el techo de su propio hogar, miraba las luces de la pequeña fiesta que se había hecho en el centro de su pueblo, hace unas horas Dream y Nightmare se habían visto cerca del árbol sin hojas, mucha gente estuvo ahí hasta él mismo, pero al no encontrar a quien buscaba se había retirado tras el abrazo que se dieron los mellizos.

Era el fin de la guerra, empero la presencia de Stave había hecho que todos los importantes hechos fuera irrelevantes, ahora no le causaba mucho, de todos modos a quien creería que lo estaba esperando en el otro lado... No iba a estar por ninguna parte.

Su soledad no pudo aprovechar por más tiempo cuando el pelinegro, ahora uno de los líderes de la revolución concluida, se sentó a su lado, con una pierna doblada apoyando el brazo en su rodilla.

— ¿Qué te ocurre, ex-guardián? —Dijo burlonamente Nightmare, ignorante del vuelco que le provocó tal apodo, respiró profundamente— ¿Acaso no estás feliz de que esto haya acabado?

— He quedado sin trabajo. —Se encogió de hombros.

— Tú pediste la renuncia antes, no creo que ese sea el problema. —Concluyó— Pero realmente no me importa en lo más mínimo.

— ¿Entonces a qué vienes?

— Ahg... Digamos que a mi hermano sí le importa saldar deudas. —El mayor sacó de su bolsillo una carta, Outer la tomó y rápidamente la leyó, "Ven mañana, ¡Tengo algo que te congelará la sangre!, y Nightmare, si lees esto, consíguele un trabajo a Outer, se lo merece" — Cuando quieras consulta conmigo y vemos qué puedo hacer contigo, quizás un poco de fama te hará una sonrisa en ese rostro tan feo.

Nightmare se levantó y simplemente se fue por sus talones, Outer trataba de releer lo que decía, y tras volver a la casa y encender una vela, leyó las palabras subliminales. "Encontré a Stave".