18- Pañuelo.

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La había costado dormir la noche anterior, no había recibido la visita de su querido rubio desde que había llorado otra vez, y tras su misión de tener que mandar una carta a la otra frontera solo hacia que estuviera algo tenso.

Se sentó en la raíz del árbol llevando las yemas de sus dedos deslizar por su corteza, miró el suelo y miraba lo que hace tiempo no creía ver, bastante pasto crecía libremente, ahora que las lluvias habían dejado de azotar.

— Awn, ¿Extrañas mi presencia que abrazas el árbol para recompensar?

Outer se sobresaltó, al estar fijo en el pasto no se dio cuenta de la llegada del rubio, pero no duró mucho para poder responder más tranquilo.

— Desde que te abracé... Quiero volver a hacerlo.

El de pecas rió suave, y sin mucho temor se le acercó para apretar su mejilla con su mano.

— Qué pena. No te daré ninguno.

— Pues yo te daré uno.

Outer vio la expresión de sorpresa y su tierno rubor apenas se levantó y abrazó al adverso, no hubo correspondencia pero necesitaba ese abrazo.

Stave tenía los brazos tensos, parecía querer hablar pero se limitaba a usar su manos para apretar con suavidad sus cabellos oscuros, enredarlos en sus dedos.

— O-Outer... Esto... Estoy incómodo.

El susodicho se alejó al instante, apretando los labios.

—... Lo siento.

El rubio tomó las manos impropias para ambos levantarse, el mayor veía que estaba nervioso.

— Solo me sorprende que quieras abrazar a alguien que es de otra raza ~.

— No eres de otra raza. —Aclaró Outer, tomando mejor de sus manos, le gustaba sentir sus manos... Parecían tan suaves que creía que iba a desaparecer si lo soltaba— Somos iguales, tú me lo has dicho muchas veces... Atacamos por miedo a lo distinto, solo cuando no dejamos ver más allá...

Stave parecía que estaba flanqueando, pero cuando Outer terminó de hablar soltó una risa suave antes de tirar de sus manos y hacer que el contrario por el impulso se acercara a él, cruzando el otro lado.

— Entonces eres libre de pasar. Te vi preocupado cuando me acercaba a ti, ¿necesitas algo?

— No quisiera decírtelo a ti...

Stave le sacó la lengua.

— No creo que alguien más te ayude desde este lado.

Outer dudó, pero era difícil resistirse a su tierna sonrisa, soltó sus manos para sacar una carta, y hacer que el adverso lo mirara.

— Necesito encontrar a Dream. O que alguien le pase esta carta. Puede ser la solución para nosotros. Para todos.

— Ese nosotros es conmovedor. —Dijo bajo— ¿Por qué no vas tú? Yo te puedo conducir.

— No creo que pueda...

— Confía en mí.

El rubio le sonrió y entonces se quito la bandana de su muñeca para vendar los ojos del más alto, de este modo tomando de su prenda comenzó a guiarlo sin hacer mucho ruido.

Outer sólo esperaba chocar con un árbol o encontrarse con personas, no entendía cómo podía servir el ir vendado pero no diría respecto a ello, solo caminó hasta que se detuvieron.

— Aquí es.

El peliazul se quitó la tela de sus ojos, iba a sonreírle a Stave pero se dio cuenta que ya no estaba con él. El lugar era pleno bosque de la frontera de los de cabello claro, había una choza de madera la cual estaba apartada por un cerro a su espalda, podía ser como una cueva.

Tocó la puerta, llevando su mano a la espada por si acaso, empero no fue necesario hacer tal ritual, la entrada se abrió dejando ver al rubio que había perdonado su vida.

— ¿Tú eres Dream, no?

Flor Andante. ¦ OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora