13- Comida.

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Era un día de lluvia o así las nubes le decían, justamente donde podía tener un tiempo de descanso y comer, normalmente prefería aguantarse, pero sentía que era perfecto tomar algo de café mientras veía como las cenizas que habían puesto se mezclaban con la tierra.

Con las botas puestas y un paraguas a un lado hizo de guardia esperando que ese sea uno de los días donde podría disfrutar de la compañía del rubio.

Ante la hora del almuerzo, tuvo que suspirar creyendo que no sería ese día, y tomando su bolso sacó su almuerzo.

De la nada, gotas de agua cayeron hasta él, suspirando un poco frustrado por la idea de tener que comer y llevar el paraguas afirmado. No tuvo tiempo que perder, la lluvia se hizo paso y rápidamente tomó el objeto y se dispuso a comer. Algo para nada simple si quería disfrutar.

— ¿Por qué no te sientas?

La voz de su acompañante le hizo sobresaltar y casi botar sus cosas, haciendo que Stave comenzara a reírse, Outer miró al contrario, quien estaba abrazando al árbol casi recostado, por un momento sintió que recién estaba comenzando a mojarse por la lluvia, cosa que pasó de largo por lo inesperado de su aparición.

— No quiero ensuciar mi ropa de trabajo.

Ante tal aseveración, el guardia dio un rápido vistazo a los pies del de pecas, seguían descalzos, y manchandose del barro que producía la tierra y ceniza húmeda.

— Siéntate en las raíces. El árbol te protege.

— Pero no de la lluvia

— Ya verás cuando florezca ~.

Outer quiso decir algo al respecto, sin embargo de su boca no salió nada, dejando a Stave con su sonrisa intrigante para ponerse boca arriba y dejar que el agua mojara por completo su cuerpo.

Indeciso se acercó al árbol y se sentó en una raíz que pertenecía a su lado, el de pecas pasó la línea con su brazo para tener el paraguas y así cubrir al adverso, el peliazul agradeció, y para no molestar mucho comenzó a comer más rápido.

A los minutos ya listo, tomó el paraguas y se sentó en la raíz que estaba en medio para cubrir al rubio, Stave se encogió de hombros, sorprendido en su expresión.

— No quiero que te resfries. —Sonrió suavemente Outer, provocando en las mejillas impropias un tenue rubor que se disolvió con un bajo gracias, se quedaron así un rato, viendo cómodos el ambiente.

Flor Andante. ¦ OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora