Parte XXXVII

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Las horas en la universidad iban corriendo. Todos se le acercaban para preguntarle quien era y si podía tener una cita con él.

Había confirmado que todos eran unos hipócritas que se dejaban guiar por las apariencias. Estaba enojado, la única persona que vio más haya de las apariencias ahora no lo quería ver.

Estaban comiendo en la cafetería y su mirada no se separaba del rubio quien no lo había mirado ni una sola vez. Dolía tanto eso.

Tenía un plan para recuperar al rubio pero lo iba a comenzar mañana, hoy tenía un partido importante y por primera vez el rubio jugaría.

- ¿estás emocionado Naru por jugar?.- preguntó sonriente.

- claro, 4 años entrenando.- sonrío dulcemente.- estoy muy emocionado por jugar.

- ¿y con hacer equipo con Sasuke?.- preguntó ahora Lee abrazando a Sakura.

- también estoy emocionado, ganaremos gracias a mí y a él.- los miro fijamente.- ustedes son unas papas con piernas.

- ¡ey!.- hicieron un puchero siendo besados por sus novias.

- el ambiente se puso íntimo.- se levantó sonriendo.- debo ir por unos libros, nos vemos luego.

- te acompaño.- se levantó tomando su mochila.- debo dejar unos libros.

- Cómo quieras.- levantó sus hombros desinteresado y cuando giró todos levantaron los pulgares dándole fuerza.

Salieron de la cafetería y iban juntos hacia la biblioteca. Por donde pasaban todos se les quedaban mirando.

- no debiste cambiar.- murmuró el rubio para sí mismo pero fue escuchado.

- ¿porque?.- preguntó confundido y negó.

- nada, pensaba en voz alta.- hizo un ademán de manos y no tocó el tema.

- ¿qué libro buscas?.-

- uno sobre cómo dejar de amar a un idiota.- lo miro.- ¿se te hace familiar?, o leíste la secuela "destrozando un corazón enamorado"...oh, no te conté sobre el tercer libro "corazón pateando a azabache idiota" se hará famoso.

- auch, pobre chico.- sonrío por él humor y cuando no vio a nadie lo arrinconó contra la pared.- deseó besarte de nuevo, tus labios son adictivos.

Se acercó lo suficiente pero la mano del rubio impido el beso.

- no sé qué pasa por tu diminuto cerebro, pero no tocaras nada de mi.- sonrío burlón y cuando trato de moverse tenía sus piernas rodeando la cintura del azabache.

- me parece que eso no lo estás cumpliendo tú bebé.- sonrío burlón.

- solo bésame.- susurró y atrajo su rostro uniendo sus labios.

Sus cabezas comenzaron a moverse al compás del ritmo y cuando el primer gemido del rubio se escuchó se detuvieron lentamente.

- dame una oportunidad de remediar todo. De demostrarte que no soy como todos.- se acercó a sus labios.- permíteme amarte.

Hugo Rivero ❤️

Notas para el nerd (SasuNaru) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora