XV

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Como rey de Asgard Loki tenía más responsabilidades que antes, por lo que Lynae no le podía reclamar por no pasar todo el día con ella como antes. Sin contar que tenía que lidiar con la guerra que Jotun estaba a punto de declararle.... Apenas se despidió con un beso del pelinegro en cuanto este abandonó temprano la habitación, dejándola soñolienta en su cama.

La joven princesa tenía la costumbre de ir a esa hora a entrenar junto con Sif, pero dada las circunstancias, no creyó que ausentarse por aquel día tendría una gran diferencia. Sin contar que no estaba en condiciones de continuar con aquella rutina en la que arriesgaba su vida con tal de mejorar su modo de pelea.... Pensando en esto se mantuvo acostada en su cama con ciento de preguntas en su cabeza que habían surgido el día anterior, sobre todo cuando Loki le reveló que era un Jotun.

La respuesta de Laufey referente a como sus hombres lograron entrar a Asgard aún seguían en su cabeza, que Asgard tenía traidores dentro. Lynae sabía a la perfección casi todas las defensas del reino, sus escondites, sin embargo, había alguien que los conocía mejor que ella, el hombre con quien compartía la cama. Él era capaz de conocer entradas al reino que nunca se dignó a compartir, como también sabía como burlar el ojo que todo lo ve de Heimdall. Sus encuentros eran la evidencia de aquello.

Intentó no pensar en que Loki podría estar detrás de tal traición, pero era casi imposible no creerlo. No había otra explicación. Necesitaba respuestas, o al menos pruebas antes de preguntarle de manera directa al rey sobre aquel tema. Sabía que siempre le diría la verdad, que confiaba en ella, y que respondería sus preguntas. Pero también conocía el temperamento del pelinegro si era culpado de algo sin pruebas.

Por lo que no podía formular la pregunta antes de estar segura de lo que sospechaba...

No obstante, tenía aun algo de que ocuparse antes. Necesitaba hablar con su madre, pedirle una explicación sobre el origen de su hermano, replicarle por no haber dicho nada antes. Por hacer sufrir a Loki de aquella de manera. Pensando en ello no tardó en arreglarse con un sencillo vestido, y su cabello atado para poder ir directo a la habitación de sus padres.

No le sorprendió verla despierta aun al lado de su padre, a quien miraba con tristeza, sumida en sus pensamientos antes de notarla de pie en el marco de la puerta.

— Lynn— le llamó antes de la rubia caminar hacia su madre en silencio—. Supongo que Loki habló contigo...

— ¿Por qué no nos dijiste nada? —le exigió intentando no enojarse con la mujer que le dio la vida.

— Intentaba protegerlos— le respondió palmeando el lugar al lado de ella para que se sentara a su lado—. No quería que fuera tratado diferente... quería que creciera como otro hijo nuestro...—añadió dándole la respuesta que su hija necesitaba—. Siento haberles mentido, intenté convencer a tu padre de decirles la verdad, pero...

— Solo intentaban protegerlo— terminó de decir por ella con una mueca—. Asgard no lo hubiera recibido del todo si supiera la verdad, aunque yo siempre lo hubiera aceptado...—exclamó con una expresión triste mientras miraba a su padre durmiendo—. Complicaste todo padre— le dijo con una mueca como si pudiera escucharla.

— Lynn— le llamó su madre sosteniendo su mano—. Hay algo que debemos hablar— le dijo de golpe al saber que era el mejor momento para hacerlo. Si retrasaba más esa conversación, terminaría por hacer que su propia hija la odiara aun más. Sobre todo, al tener esa oportunidad y desperdiciarla.

— ¿Alguna otra confesión madre? —le cuestionó sonriendo con sorna, antes de borrar su sonrisa al ver el rostro impasible de Frigga, al saber que había acertado con su pregunta—. ¿Todavía hay más que me han ocultado?

SINNERS |Loki Laufeyson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora