II

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La princesa sabía a la perfección que la figura delante de ella no era más que una ilusión dado que era imposible que pudiera haberla alcanzado tan rápido. Como también tenía el conocimiento que la había encontrado gracias a su intrusión en el pueblo, alguno de los aldeanos tuvo que haberla delatado. Porque era casi imposible que supiera su rastro por sí solo...

— Luces molesto— comentó la rubia como si nada hubiera sucedido entre los dos.

— Mamá te está esperando, no quiere que te pierdas otro desayuno con la familia— le dijo el príncipe con voz monótona que casi hizo reír a Lynae.

— ¿Solo vienes a eso? —inquirió con un tono inocente que hizo maldecir al pelinegro en voz baja—. ¿No vienes a darme un sermón?

— Hablaremos cuando regreses— le advirtió borrando la sonrisa de la chica.

— ¿Por qué no ahora?, ¿le temes a algo? —preguntó caminando hacia la ilusión para luego girar hacia su amiga quien le dio una mirada de reprobación—. Sif, adelántate, te seguiré en unos minutos...

— Princesa...— intentó protestar ganándose una sonrisa ladeada de su amiga la cual le dio a entender que estaría bien—. Te esperaré fuera del bosque— se limitó a decirle antes de subir a su caballo y galopar lejos de ellos.

— Ya no hay público, anda, suelta lo que te mueres por decirme— lo retó mordiéndose el labio—. No te reprimas.

— Tus juegos están llegando lejos hermanita— le advirtió cambiando su tono de uno monótono a uno desafiante—. Si hubieras realmente estado allí...

— ¿Qué? —preguntó relamiéndose los labios—. ¿Hubieras hecho algo?, no serías capaz...

— No me retes Lynn, sabes que nada bueno viene de eso— le advirtió logrando hacerla reír para luego negar.

— Por favor, tienes retándome desde hace meses, de hecho... años y nunca haces nada— soltó sin pudo alguno—. Ni siquiera la vez que casi me desnudo por completo en tu habitación, por supuesto, era otra ilusión, pero te aseguro que lo que viste...—mencionó logrando hacerlo sonrojar, por lo que fue inevitable que la rubia se riera.

— Antes no te atrevías a tocarme— recalcó dando un paso hacia ella—. Aunque fuera solo una ilusión...

— Porque no sabía como hacer una ilusión tan potente...

— Podrías venir tú misma a molestarme entonces— la retó sin ella esperarse esa respuesta, pero aun así le sonrío.

— ¿Cómo desaparecería entonces?, me gusta verte frustrado cuando me voy de golpe— soltó riendo para luego negar—. Dile a mamá que voy en camino, hablaremos más tarde, en persona, sino te acobardas...

— Tú eres quien sale corriendo siempre— le recordó antes de desaparecer y la rubia ir directo hacia Ax para montarlo con una sonrisa pícara en su rostro. Al solo pensar en cómo terminaría esa conversación con su hermano.

En apenas minutos logró encontrarse con su amiga guerrera para poder ir a galopar en silencio devuelta al palacio, en cuyas puertas las recibieron de inmediato. Los caballerizos se encargaron de los caballos en cuanto las chicas bajaron de ellos. Ninguna de las dos asgardianas dijo palabra alguna mientras se apresuraban al comedor en donde debían estar desayunando la familia real.

— ¿Nos vemos después de que discutas de nuevo con tus padres? —preguntó Sif al llegar a las grandes puertas y la rubia reír.

— No, tengo que hablar con Loki después de librarme de la comida...—respondió sorprendiendo un poco a la pelinegra dado que su mejor amiga solía evitar conversar a solas con la victima de sus juegos—. Te buscaré en el campo de entrenamiento...—solo mencionó antes de entrar al comedor encontrándose con su familia conversando y desayunando en la gran mesa—. Buenos días— saludó tomando la silla al lado de Thor, y frente a Loki.

SINNERS |Loki Laufeyson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora