XVIII

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En más de una ocasión la princesa intentó salir de la habitación de sus padres para enfrentar a Loki, pero en ninguna Frigga se lo permitió, asegurándole que Thor se encargaría de que este no cometiera una locura, y que ella tenía que comenzar a ver por la seguridad de su hijo no nacido. Que aún no era tan fuerte como ella para poder resistir sus batallas.

Los segundos se convirtieron en minutos de completa incertidumbre, en los cuales Lynae se la pasó caminando de un lado a otro esperando que en algún momento alguno de sus hermanos atravesara el marco de la puerta asegurándole que todo estaría bien. Sin embargo, el momento no llegó, apenas se escuchaba el ruido de la batalla alejada del palacio.

La princesa se encontraba concentrada en aquel ruido intentando descifrar lo que estaba sucediendo, cuando giró la mirada hacia su padre al verlo despertar de su sueño como si estuviera al tanto de lo que ocurría. No le dijo nada ni a su madre ni a ella, antes de salir de la habitación con prisa.

— Padre— apenas exclamó Lynae al saber que solo algo grave había sucedido para que Odín despertara de tal manera—. Necesito ir... madre...

— Tu padre sabrá como manejar la situación, necesitas tranquilizarte y dejar de caminar por toda la habitación— se limitó a decirle Frigga ganándose una mirada de reproche de su hija—. Deja de comportarte como una niña, debes pensar también por tu hijo.

— ¿Por qué le dijiste lo del bebé a Loki? —la confrontó de golpe ignorando su regaño.

— Esperaba que saberlo lo haría detenerse— respondió con una mueca en su rostro, provocando que la rubia se mantuviera en silencio al saber que aquella podría ser una posibilidad—. ¿Ahora puedes sentarte? —le preguntó antes de la chica caminar hacia la cama de sus padres y tomar asiento mientras miraba en donde antes se encontraba la puerta, a la espera de su padre.

Sin pasar siquiera una hora, la chica se puso de pie al ver como su padre había vuelto con Thor, el cual se encontraba afligido mirando a la nada, provocando que la rubia temiera lo peor.

— Jotunheim...—mencionó al temer por aquel planeta.

— Thor destruyó el bifrost antes de que pudiera destruirlo— le respondió Odín con notable tristeza en sus palabras.

— ¿Dónde está Loki? —formuló la pregunta que sus labios no querían pronunciar, antes del padre de todo negar.

— Se ha ido— respondió Thor por su padre, provocando que la rubia cayera de rodillas en el suelo sin poder creerle—. Íbamos a caer del puente arcoíris, y él se dejó caer, está...

— No, no, no— negó con lágrimas en su rostro sin querer escuchar más.

No podía aceptar que su Loki había muerto. Que había perdido al amor de su vida mientras se encontraba en aquella habitación sin hacer nada. Sabía que el príncipe había cometido un gran error al querer destruir Jotunheim, al mentirle, y engañarle, pero el dolor que le ocasionaba no volver a verlo, era peor al que podría imaginar que podría sentir.

Su padre intentó hablarle, pero la joven princesa continuaba llorando mientras negaba. No quería que nadie le dijera nada, no quería que la consolaran. Por que lo odiaba, odiaba que su ambición fuera mayor que el amor que sentía por ella. Se había dejado morir, se había arrojado al vacío de manera egoísta. Sin pensar siquiera un segundo en ella.

— Lynn— intentó llamarle su madre al levantarla con un poco de esfuerzo—. Lynn, por favor...

— Está muerto— soltó llevando su mano a su boca al no creer sus propias palabras—. Mamá, está muerto, Loki...

SINNERS |Loki Laufeyson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora