SINNERS |Loki Laufeyson|

VIII

El comedor se encontraba casi igual que siempre, a excepción de que en esa ocasión los tres guerreros y Lady Sif, acompañaban a la familia real. Con quienes se encontraban narrándole lo sucedido en Vanaheim, hasta que la princesa entró a la habitación y se mantuvieron callados antes de aplaudir levemente a esta. La rubia no pudo evitar sonreír con arrogancia antes de sentarse a la derecha de su padre, frente a Thor.

— Me debes una disculpa por castigarme este último año— solo lo dijo la princesa a su padre mientras se servía un poco de carne de cordero.

— Te merecías ese castigo, sino fuera por la insistencia de Loki, no hubiera considerado dejarte ir a Vanaheim— soltó el padre de todo de manera fría sin sorprender a su hija.

— Fueron dos masacres, pero esta vez me lo celebran— comentó Lynae encogiéndose de hombros ganándose una mirada de regaño de parte de Odín.

— No es lo mismo salvar a tu gente, que provocar una guerra— le recordó haciéndola reír antes de negar—. Un rey sabio jamás busca la guerra...

— Pero siempre está listo para ella— terminó de decir su hija con una mueca, dado que no era la primera vez que se lo decía—. Pero padre, a veces es prudente demostrarle nuestra fuerza a...

— Lo hacemos cuando mantenemos la paz Lynae— le dijo manera brusca provocando que la princesa se limitara a asentir en silencio—. Aun debes aprender a controlarte cuando peleas...—comentó cambiando de tema sin a Lynae agradarle aquel reclamo de su parte—. Pudiste evitar algunas muertes...

— Fue no para tanto, padre, cada muerte fue necesaria...

— Vanaheim recordará tu nombre por muchos años hermanita, hace siglos que no se veía una masacre de tal magnitud— comentó Thor halagándola y contradiciéndola, provocando que esta se riera antes de lanzarle un cuchillo que le enterró sin problemas en el hombro—. Maldición Lynn— le reclamó sacándose el artefacto de su cuerpo sin quejarse dado que solo era un pequeño rasguño.

— Callado te ves más bonito— se limitó a decirle a su hermano mayor con una mueca.

— Debes controlar tu carácter hija— la regañó su madre sin sorprenderse de su comportamiento al haber estado acostumbrada a este casi desde que nació. Creía que había sido duro criar a su hijo Thor, pero la menor de los Odinson, lograba hacer que el dios del trueno solo fuera un travieso—. ¿Estás bien?

— Solo fue un rasguño, no como el que les dejó a los bandidos...—respondió con clara burla provocando que la rubia casi le lanzara el tenedor esta vez, lo cual fue evitado por la mano de Odín al tomar la de su hija antes de que pudiera alzarla.

— Lynae— solo tuvo que decirle para que se calmara.

— Lo siento padre, siento que tengas un hijo idiota— soltó tomando otro cuchillo para continuar comiendo en silencio. Mientras la conversación tomaba otro curso, en el que incluía a los invitados.

Conversaron desde las batallas, hasta algunas anécdotas, mientras la princesa se mantenía en silencio y asintiendo aburrida, al saber que ese día había excedido las veces que podía retar a su padre sin ser castigada. Si continuaba molestándolo, no tardaría en reprenderla por lo que había hecho aquel día. Sobre todo, porque sabía que su padre tenía razones para hacerlo.

Aburrida por las conversaciones del lugar, terminó por observar su alrededor sin rumbo hasta chocar con los ojos azules de su hermano, los cuales se encontraban mirándola desde hace más de una hora. La rubia no pudo evitar sonreírle de lado animándolo a retarla, a continuar con su juego, a que se volviera a disculpar. Pero para su sorpresa no lo hizo, sino que desvió su mirada y se unió a la conversación, ignorándola por completo.