XIX

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Podían pasar años y la princesa continuaría sufriendo la muerte de Loki. Podría conocer a miles de hombres y ninguno se equiparía con él. Sin embargo, era imposible para ella no continuar con su vida, seguía siendo la princesa de Asgard. Y como princesa tenía responsabilidades que atender. Un pueblo al cual escuchar, sanar y defender.

No obstante, cada vez que el recuerdo de su amado intentaba nublar su felicidad, solo tenía que mirar a su pequeño de dos meses que era una fiel copia de su padre. El orgullo de los reyes de Asgard. El padre de todo lo había presentado como su nieto en el momento en que nació ante los nueve reinos para que sea respetado como tal.

La noticia del hijo de la princesa Lynae y el difunto Loki, llegó cada rincón de los nueves reinos, lo cual sorprendió un poco a todos, pero al final aceptaron al niño tal como lo había hecho Odín. Después de todo continuaba siendo un príncipe, y sería tratado como tal.

Lynn no podía dejar de pensar en la manera en que sus súbditos respetaban a su pequeño hijo cuando salía del palacio, mientras observaba al pequeño en sus brazos mirándole como si entendiera la situación, por lo que no pudo evitar sonreírle al pelinegro de ojos azules.

— Debes volver al campo de batalla, tienes mucho sin entrenar— le dijo Sif desde el marco de la puerta de joven príncipe haciendo reír a su amiga.

— Tengo otras responsabilidades ahora— le aseguró la princesa sin dejar de ver a su pequeño—. Lyon me necesita...

— Las nodrizas reales se encargarán de él— comentó la pelinegra cruzándose de brazos—. Eres una guerrera...

— Es lo único que me queda de Loki— se aferró a su hijo con tristeza—. No quiero apartarme de su lado.

— Vas a mimarlo demasiado Lynn, hasta la reina sabe que lo mejor es dejarlo con las nodrizas reales, crecerá al igual que tú y tus hermanos— intentó de nuevo convencerla. La había dejado tranquila durante los primeros dos meses del pequeño, pero este continuaba creciendo, y no podía continuar pasando el día en los brazos de su madre.

— Nadie podrá cuidarlo como yo— comentó la rubia sonriéndole a su pequeño.

— Lynn, por favor— casi le suplicó la pelinegra caminando hacia ella logrando ver al pequeño Lyon mirando a su madre de manera atenta—. Estará bien, las nodrizas han criado futuros reyes desde hace milenios...— le aseguró colocando su mano en su hombro para que la viera—. Necesitas distraerte, dejar de pensar en Loki...

— Pides imposible Sif— se limitó a decirle llevando al pequeño pelinegro a su cuna en donde lo dejó aun despierto, al saber que no tardaría en quedarse dormido ante la comida de su pequeño colchón—. No puedo dejar de pensar en ese día, íbamos a casarnos, podríamos estar juntos al fin como tanto ansiábamos, sin necesidad de ocultarnos de nadie... y todo...

— Vuelve al campo de entrenamiento— le dijo sonriéndole de lado—. Las batallas siempre te han hecho sentir mejor, te distraen, además si sigues sin luchar oxidaras tu talento...—añadió logrando hacer a la rubia sin ganas.

— Deberías escucharla— comentó Frigga entrando a la habitación de su nieto—. Yo me quedaré con él, le buscaré a una nodriza de confianza para que lo cuide, no dejaría a mi pequeño Lyon en las manos de cualquiera... las sanadoras también preguntan por ti... no puedes descuidar sus responsabilidades como princesa...

— Infórmale a la nodriza lo que Lyon necesita, lo conoces tan bien como yo, volveré en unas horas— se limitó a decirle Lynae con tristeza al no querer separarse de su hijo, pero sabía que como princesa tenía deberes que cumplir, y los cuales no podía evitar. Por lo que decidió cumplirlos mientras su madre se encargaba de su pequeño. Era una de las pocas personas a las cuales le confiaría su hijo.

SINNERS |Loki Laufeyson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora