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Toqué mi frente nuevamente mientras daba un largo suspiro, tenía un refriado y mis madres no me permitieron ir a la escuela. Me  frustraba mucho no ver a Michael ese día.

Por enésima vez Evolet dio un pequeño toquecito a mi puerta y abrió suavemente esta.

— ¿Cómo estás?

Bufe mientras me sentaba apoyando mi espalda contra la cabecera de mi cama.

—Mamá, llevas todo el día preguntándome lo mismo ¿Cómo crees que me siento?

Sabía que no era el mejor tono para hablarle a ella, era mi madre y solo estaba preocupada por mí. Evolet soltó una suave risa, apoyo  su peso en una pierna y me miro divertida.

—Alguien está de mal humor, conozco algo para quitar esa cara de troglodita ¿sabes cuál es?

—No tengo cara de troglodita Evolet y no sé qué planeas.

Mi madre volvió a soltar esa risita tan suave.

— ¿Ahora no soy mamá? Bien, entonces parece que me marchare con mi idea de preparar galletas

Me dio una mirada divertida y empezó a cerrar la puerta.

—No mamá espera —Hice gestos extraños con mis manos en su dirección — ¿Dijiste galletas?

Evolet me dio una pequeña sonrisa, se acercó a mi cama y me dio un beso en mi frente.

—Las traeré

—Gracias mamá

Evolet era muy diferente a Carly de eso no había duda, me seguía preguntaba cómo pudieron enamorarse eran muy distintas, desde su forma de hablar y tratar a las personas, hasta sus pequeños gustos.

Le sonreí a la puerta de mi habitación.

—Enferma pero feliz, me gusta

Solté un gritito y me gire hacia dónde provenía la voz. Era Michael.

— ¡Casi me matas del susto! —Tenía sus manos metidas en los bolsillos de su sudadera — ¿Por dónde has entrado?

—La ventana —Señaló con su cabeza la ventana de mi habitación ¿Ahora qué demonios era esto? ¿Crepúsculo? —Me he escapado un rato a ver qué tal estabas.

—No puedes saltarte las clases así Michael, pueden levantar un reporte —Fruncí mi ceño al verlo sonreír —Además podrías caerte al escalar hasta acá.

Su sonrisa se ensancho y camino hasta donde me encontraba.

— ¿Te preocupas por mí?

—Sabes que sí, podrías hacerte daño Michael sabes muy bien que…

Fui interrumpida con un beso, fue un pequeño roce pero basto para callarme.

—Hablas mucho.

—Y tú eres un irresponsable.

Michael soltó una risita, beso mi nariz y bajo muy lento hacia mis
labios.

—Audrey

La voz de mi madre me helo por completo, sentí a Michael tensarse y retirar sus manos rápidamente de mí. Mire a mi madre, llevaba
una charola en sus manos con los que distinguí eran galletas y un
vaso de zumo de naranja. Dios, me había olvidado por completo de ella.

—Mamá

Mi madre dejo con sumo cuidado la charola en mi mesa de estudio
y se plantó delante de mí, me miro con algo que no supe descifrar y
levanto su brazo. Cerré mis ojos con fuerza esperando el golpe.

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