El lápiz tenía las marcas de mis dientes, el borrador hacía tiempo había corrido la misma suerte. Aún era temprano, tamborileaba el lápiz contra la mesa y miraba hacia la puerta. Esperaba a Emma, quería que llegase rápido y me distrajese, los recuerdos torturaban mi mente como cientos de cuchillas.—Audrey.
Salte en mi asiento y clave mi vista en la persona que sonreía.
— ¿Con ganas de estudiar?
Hice una mueca y di un suspiro largo.
—Nunca confíes en el despertador.
Ryan soltó una gran carcajada.
—Te regalaré uno en tu cumpleaños —Arrastro una silla y se sentó a mi lado —Ahora por fin podemos hablar.
Su rostro divertido se había convertido en segundos, sus labios estaban en una línea recta y sus cejas estaban ligeramente fruncidas.
— ¿Hablar?
—Por supuesto pequeña Audrey— acerca a un más su silla —Hablemos sobre ti y Michael.
—No sé de qué hablas.
—Audrey, cariño, no me hagas las cosas difíciles. Quiero que te alejes de Michael, tú y tu maldita enfermedad —Humedeció sus labios y se acercó a mi oído — ¿O negaras tu enfermedad pequeña hetero?
Me levante de un salto y me aleje de él.
—No caeré en tus juegos Ryan, déjame en paz de una jodida vez
—Tal vez puedas refrescar la memoria con esto —Saco de su bolsillo un teléfono — ¿Te gustan las fotos? yo sé que sí. Yo soy un buen fotógrafo Audrey.
Busco algo en sus teléfono y volvió a mostrarme la pantalla.
— ¿Verdad que tengo talento?
Sentía que no entraba suficiente oxígeno en mis pulmones, mis piernas las sentí adormecidas, mis manos empezaron a temblar. Sentía como la temperatura de mi cuerpo empezaba a descender.
Michael y yo, besos, abrazos, tomados de la mano, pequeños besos en la nariz. El muy infeliz nos estaba siguiendo.
— ¿Te imaginas lo que pasara, si decido compartir mis increíbles obras?
Lo miré horrorizada, estaba segura que el miedo estaba gravado en mi rostro.
—Pequeña Audrey has perdido el color —Soltó una carcajada y se levantó de su sitio —Mira Audrey, quiero que te grabes esto.
— ¡Déjame en paz! —Trate de retroceder pero mis piernas fueron un caos, caí bruscamente en el suelo — ¡Déjame en paz!
—Mira lo jodida enferma que eres —Estampo en mi rostro el teléfono —Maldita y sucia hetero, estas mal influenciando a Michael. Aleja tus garras de él.
Sentí ardor en mi mejilla y algo correr por mi nariz. La sangre mancho mi camiseta azul.
Trate de defenderme cuando vi su mano en alto, fue en vano. Ryan era fuerte y sabía que no pararía.
Alguien agarro del cabello a Ryan y le propino un puñetazo. Mi cabeza palpitaba, tenía que decir que me ayudaran, sentía mi labio entumecido y de él no salía una sola silaba.
Todo a mí alrededor se llenó de personas, pedían a gritos ayuda e intentaban detener la pelea entre Ryan y Emma.
En pequeños momentos mi mente se nublaba y volvía a despertar, vi a Emma con su cabello hecho un caos llevándome con otros estudiantes.
—No te duermas —Emma tenía la voz agitada —Vamos rápido a enfermería ¿vale?
Quería cumplir pero mi cuerpo no tenía esos planes, antes de entregarme a la oscuridad observe a Michael. Acariciaba el rostro de Ryan. Demasiado dolor para soportar.
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Different
Short StoryUna perspectiva diferente ¿Cómo sería si la HETEROSEXUALIDAD fuese poco aceptada por la sociedad? *** Está expresamente prohibido copiar, transmitir, retransmitir, transcribir, almacenar, alterar o reproducir por cualquier medió electrónico o...