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Los días pasaban más y más lento.

Tu no despertabas.

Las enfermeras habían optado por amarrarme a la cama cuando los sedantes dejaron de tener el mismo efecto.

Esa chica de cabello rosa estaba todos los días aquí en la hora de visita.

Algunas veces venía también una de cabello rubio.

Ambas te traían flores.

Despierta ya cariño, no quiero matar a estas perras y darles motivo a las enfermeras para que me pongan una camisa de fuerza.

Dear Sasuke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora