Dear Sasuke.

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-¡NIÑOS, ESCONDANSE DETRÁS DE MI!- La mujer frente a mi puso a sus dos hijos a salvo y se puso en guardia.

-Parece ser que no entendiste lo que te dije, no quiero a tus hijos, quiero a la porquería que llevas como marido y que está ocultándose pensando que puede atacarme por sorpresa- Se alarmó al ver que su plan fue descubierto pero aun asi no bajo su guardia.

-¿Qué es lo que quieres con mi marido?

-Eres bonita y joven, parece ser que ese bastardo te lleva bastantes años ¿Cuantos? ¿Unos 10? ¿15?

-14-Contestó dudosa.

-Claro, estoy segura de que lo conoces desde que eras pequeña, aparentas tener unos 23 años. ¿Sabes que? Es una casualidad impresionante, pero ¡yo también lo conozco desde niña! Y desde muy pequeña- El piso comenzó a temblar mientras columnas de hueso se levantaban a mi alrededor.

-¿De donde lo conoces?

-¿No quieres decírselo Yaki?-Sentí el chakra de ese sujeto inestabilisarse- ¡Que no te sorprenda! Claro que recuerdo tu nombre ¡A ti te gustaba que gritara tu nombre! ¡¿Acaso ya no lo recuerdas?!-Lance huesos a donde se encontraba haciéndolo salir, estaba temblando y sosteniendo un kunai con la mano derecha, parecia tener ganas de huir.

-Escuchame bien linda, saca a tus hijos de aquí, Tengo cuentas pendientes con tu marido y no quiero que tus hijos lo vean morir.

-No me iré, se que el era una mala persona antes pero cambio.

-Si sabias que el era una mala persona imagino que ya suponías que alguien intentaría matarlo en algún momento.

-El cambio.¡ De verdad lo hizo!

-Que curioso, yo también cambie mucho después de conocerlo.-Levante una pared de hueso frente a los niños impidiendoles ver.-No se si fui a la única niña que violaste, pero creeme que seré la única que se lleve tu cabeza.-Su sangre salpico por todos lados y si cabeza voló hasta mis pies.
La mujer a mi lado grito de horror.

-Agradece que lo hice, imaginate si hubiera seguido vivo para cuando tu bebe tuviera edad suficiente-Dije mirando a la niña en brazos de su hermano de no más de 14 años.

Definitivamente asesinaria a cada hombre que me toco. Sin importar nada.