Dear Sasuke.

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-Sientate- Dice al entrar en una pequeña cabaña, ya siendo más consiente de mi cuerpo me dejo caer en un sillón. Me dio un trapo húmedo con el que limpie la sangre de mi cara y de la capa.

-Pensé que estaban muertos-Digo viendo a un punto fijo.

-Parece ser que solo corrieron los rumores para que no los buscarán- Un nudo se cierra en mi garganta y trago para no dejar que mis lágrimas salgan de nuevo.

-Te volviste ninja-Dice al ver mi capa de Akatsuki.

-No uno del los buenos como puedes ver. ¿Tienes un cigarro? Necesito calmarme

-¿Fumas?

-En algunas ocasiones- Puedo ver que frunce levemente el ceño y niega.

Busco en los bolsillos de mi pantalón y agradezco internamente encontrar tres cigarrillos.

-¿Puedes prestarme un fósforo?- Veo que duda por unos momentos pero termina accediendo y se encamina a la cocina. 

-¿Desde cuando fumas?

-Desde los quince- Pongo el cigarro en mi boca y lo prendo dándole una calada profunda.

-¿Que edad tienes ahora?

-17. Solo llevo dos años haciéndolo, deja de verme como si fuera una anciana con fallo pulmonar.

-Lo siento, es que últimamente todas lo hacen.

-Éramos prostitutas cariño, debemos cumplir con el cliché de que todas fuman- Suelto una carcajada sin humor y doy otra calada sintiendo como poco a poco mis músculos se relajan y mi pulso disminuye.

-¡Todas dicen lo mismo! ¿Acaso se ponen de acuerdo?