Capítulo IX

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Continúe pasando por cada una de las distintas puertas con las que me encontraba. Todas eran distintas, ninguna era igual a la anterior... ¿Pura casualidad?

En cada puerta veía y vivía situaciones distintas, situaciones tanto de mi infancia como de lo poco que tuve de adolescencia...

Cada vez que pasaba una puerta veía cada  problema que había tenido en aquel momento, cada uno de los cuales había dañado a mis familiares, me vi en tantas situaciones... Me acabe arrepintiendo, hice sufrir a demasiadas personas que dieron la vida por mí.

Cada vez que atravesaba una puerta, esta desaparecía y al igual que las puertas las pesadas bolas de acero iban disminuyendo, me estaba dando cuenta de todos mis errores.

Aun no era tarde para pedir perdón. Podía solucionarlo. Estaba realmente arrepentida.

Puede que cada momento que pasara me arrepintiera aun más. Pero el daño que cause nadie lo quita.

Por mucho que estuviera muerta ellos siempre recordarían el daño causado. ¿Acaso se lo merecían?

 Sí, eran mi familia. Una familia que me remplazo, pero también me cuido, que se olvidaron de mí, pero lo hicieron para no sufrir. ¿Es que no se dan cuenta que aunque este muerta sigo sintiendo?

Me gustaría hablar con ellos pero ver a un espíritu siempre da muy mal rollo.

Me centre en mi objetivo.

Seguía avanzando según las puerta me llamaban.

Al final del pasillo veía algo, era como un destello de luz me acerque hacia él. Igual era la luz que andaba buscando.

Un último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora