Un último adiós

Capítulo XVII

Estuve pensando en como poder decirle todo lo que había significado para mí en esos últimos meses de vida, ya que fue el único que estuvo a mi lado. 

Tenia tantas ideas... ninguna era la acertada, aquella señal que quería darle debía ser perfecta, corta y precisa, pero detallada. ¿Cómo decírselo?  ¿Cómo mostrar esa señal?

 Cada día que pasaba se me hacía más complicado el saber cómo reaccionar, todo era tan complejo. Pensé en pedirle ayuda al alma. ¿Ella sabría cómo hacerlo? Me pregunté.

Supuse que si ella también había sido una persona como yo, con problemas, con sufrimientos, con amigos, e incluso con experiencias en la vida, sabría que hacer.

Me quedé pensando... ¿si ella sigue aquí es porque no ha alcanzado la luz para llegar a casa no?

¿Que fue lo que le atormentaba para pasar hacia la luz?

 Llevaba ya más de 4 años con ella, creí que ya había la suficiente confianza para que me pudiese contar que fue lo que le paso. Quería ayudarla, quería formar parte de esa pequeña vida que le quedaba, se merecía mi ayuda, ella era la única que me había estado ayudando todo este tiempo para alcanzar la pequeña luz.

 Me dirigí a ella con suma delicadeza, me senté a su lado y empezamos a hablar... en cuanto hubo pasado unas cuantas horas, le mire a sus cristalinos ojos y le dije: -¿cómo es que sigues aquí? Me refiero, déjame explicarme. Tu antes de estar aquí tenias una vida, en la que hiciste algo de lo cual hasta que no lo soluciones no puedes pasar  otro lado ¿no? me gustaría saber… ¿que fue lo que te paso? ¿que cambio en tu vida?

 Necesito saber cómo arreglar todo, pero antes necesito saber cómo y con que. Y con tu ayuda puede ser posible. ¿Me entiendes? Le replique.

Se quedó callada, intentaba asimilar ese momento. Nunca le habían preguntado por su pasado. Ella asintió, más tarde dijo.- Se lo que quieres decir. Te contare encantada que es lo que me deja aquí encerrada. Pero eso será otro día, es tarde y tienes que pensar en la despedida, la luz se acerca.