CapítuloXII

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Cuánto más me esforzaba peor me iba. Estaba acabada. Con la tontería de que estaba muerta, en mi cuidad, la gente iba envejeciendo, nacían nuevos bebés y sobretodo cada día moría un porcentaje bastante alto.

El tiempo iba pasando, pero yo no lo notaba, seguía igual, sin respuestas, sin ninguna salida y sin la entrada hacia la luz. Cada día me odiaba más.

Mi cabeza gritaba.¿Por qué no podía haber sido cómo los demás? No lo entiendo. Nací hace ya unos 18 años. Hoy, resulta que cumplo los 19 pero todos me han olvidado... ¿quién se iba a acordar de mí? Solo fui más que un simple estorbo, un estorbo al que todos evitaban, al que todo el mundo quería ver sufrir, al que todo el mundo odiaba, al que todo el mundo quería verla muerta. Así era yo.

Que yo recuerde, nunca hice el más mínimo daño a tanta gente. ¿Por qué caía tan mal?

La verdad, es que ni yo misma sabia como había sido mi vida. Quería averiguarla. Solo me quedaba una opción para saber... Quién fui, qué fui y qué hice.

Puede que estuviera hablando hacia dentro, pero la alma pérdida que estaba a mi lado me escuchaba. Tan pronto como se le ocurrió me cogía de la mano y me subió hasta lo más alto del edificio de puertas.

-¿A dónde nos dirigimos? Le pregunté. Ella siguió callada. Me estaba poniendo nerviosa y se lo volví a preguntar. No me respondió.

-Ya hemos llegado. Me dijo.

-¿Dónde estamos? Le repliqué.

-¿Es que no te suena nada de esto? Me dijo asombrada.

-¿Acaso me tendría que sonar? Le pregunté extrañada.

Se quedó callada, me giró la cabeza y se dirigió a mí.

-Fíjate en cada una de las pequeñas cosas que te estoy mostrando, cierra los ojos y piensa si las vistes o viviste aquí alguna vez. Le hice caso.

Empezaron a invadir mi mente recuerdos vividos que no fueron del todo buenos. Pero... ¿Dónde estaba?

Un último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora