Capítulo 5

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La clase de Economía estaba increíblemente aburrida y Julián deseaba escuchar ya mismo el timbre que anunciaba el recreo. Cuando finalmente sucedió salió casi corriendo junto a sus amigos Marcos y Hazel. Los chicos iban hablando acerca de un nuevo videojuego pero él no les prestaba atención, no sólo porque no le interesaban esas cosas, sino porque estaba ocupado intentando encontrar a Minerva.

—¿A quién buscas? —Marcos pregunto notando su actitud.

—¿Recuerdan a la chica de la clase contraria que vive frente a mi casa? Pues, a ella. —respondio sin detener la búsqueda.

—¿La de pechos grandes? —Hazel se sumo a la conversación.

—No te comportes como un imbécil. —esta vez Julián dirigió la mirada hacia su amigo para hacerle saber que su comentario estuvo fuera de lugar.

—Podrías decir que tiene lindos ojos. —sugirió Marcos, siendo más sutil.

—Pueden terminar. —Julián suplico soltando un suspiro— Su nombre es Minerva y ya la veo así que iré a hablar con ella. —anunció tan rápido como se alejo de ellos para ir por la chica.

Marcos y Hazel se quedaron con la misma pregunta en la punta de lengua: ¿Qué hay con ella?

Minerva se encontraba en un rincón junto a sus amigas Evie e Ivette, charlaban animadamente acerca de una nueva serie en Netflix, hasta que Julián llego sorprendiéndola y llamando la atención de sus amigas.

—Hola. —saludo en general por educación y luego fue exactamente a Minerva— ¿Podemos hablar?

—Sí, claro. —ella respondió dedicándoles una corta mirada a sus amigas— Ya vuelvo.

Evie e Ivette pensaron en la misma pregunta: ¿Qué hay con él?

Minerva y Julián se alejaron quedando en medio del pasillo central y de sus dos grupos de amigos que los observaban sin entender la complicidad entre ellos.

—¿Qué pasó? —ella pregunto en un susurro.

—Necesito que me hagas un favor. —él también bajo el volumen de su voz.

—Dime. —Minerva no se nego porque sintió que se lo debía.

Julián se quedo en silencio y busco en sus bolsillos su celular para sacarlo a la luz.

—¿Tienes tu celular a mano? —pregunto sin explicaciones previas.

—Sí. —ella afirmó y saco el aparato del bolsillo de su chaqueta.

—Primero voy a pasarte mi número, anota. —él dio la primera instrucción y a pesar de no entender nada Minerva obedeció anotando el número que le dictó— Ahora llámame así tu número me queda registrado. —recibió el llamado, colgo y la agendo— Bien, te enviaré otro número de celular, guárdalo, y esta tarde cuando te lo pida envía un mensaje a ese número desde el celular de tu padre.

—¿Qué? —Minerva alzo la voz completamente confundida— No entiendo qué pretendes hacer.

—En este momento no puedo explicartelo. —Julián mintió temiendo que arruinará sus planes— Por favor hazlo, y luego te explicaré todo.

—Lo pensaré. —ella se encogió de hombros y comenzó a alejarse— Búscame a la salida.

—Lo haré. —murmuro él disconforme con su respuesta y volvió con sus amigos.

Los dos seguían parados en el mismo lugar y con la misma expresión.

—¿Qué hay con esa chica? —Marcos no soporto la curiosidad.

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