"Prisionera"

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Narra Marco

Cuando llegamos a casa nos quedamos esperando en el salón, no pensaba irme a la cama hasta que no tuviera noticias de Sam. Sabía perfectamente que Emily no se había quedado en casa porque pude ver la cara de preocupación de Sam antes de salir del estadio, algo había pasado y estaba deseando saber el qué.

-Marco - la voz de mi padre interrumpió mis pensamientos, le miré y venía con una botella de agua - Vete a la cama, Sam estará bien, tu hermano y yo nos quedaremos a esperarla.

La proposición de mi padre era muy tentativa, pero tenía claro que no me iba a ir a dormir sin saber nada de nada. Pero a la vez me extrañó que me propusiera eso, después de haberle costado aceptar a Sam en la familia.

-No voy a moverme de aquí hasta saber algo de Sam - mi padre se sentó a mi lado y tuve que preguntarle por qué se preocupaba por ella - Papá, ¿Sam te importa de verdad?

Tanto mi hermano como él me miraron extrañados, no se esperaban que fuera directo al grano después de todo lo que pasó en Mallorca.

-Sí, me importa y mucho, porque sé que a ti te importa y... - cerró los ojos antes de volver a hablar, algo más había detrás de todo el cariño que le estaba proporcionando a Sam - Me recuerda a tu madre, y el simple hecho de que la puedas perder y que tengas que pasar otra vez por lo mismo me hace quererla y protegerla.

Tuve que tragar saliva antes de decir nada, esa confesión era lo único que no me esperaba de mi padre.

-Hijo, sé que hay un montón de chicas ahí fuera, pero si te has fijado en Sam es por algo - soltó una risa floja mientras me pasaba un brazo por la espalda - A mí me pasó lo mismo con tu madre y fue la mejor decisión que he tomado nunca, elegirla a ella.

Pude ver los ojos brillantes de mi padre, rara vez hemos hablado de este tema, y mucho menos de por qué eligió a mi madre y no a otras. Es por eso que le di un fuerte abrazo y las gracias por todo, por criarme con los valores que hoy en día tengo y por obligarme a ser una mejor versión de mí mismo. Pero mis gracias se quedaron en un susurro cuando el timbre sonó repetidas veces.

Me levanté corriendo para abrir la puerta y me encontré a Sam y a Mateo. Su cara lo definía todo, no había rastro de Emily. Los dos pasaron y Sam se encargó de echar el cerrojo y mirar por la mirilla.

-¿Qué ha pasado? - fue mi hermano quien rompió toda la tensión de la escena.

-Han entrado en su casa - Mateo se sentó en el reposabrazos y todas las miradas fueron dirigidas a él - No hay rastro de Emily y tampoco está su coche.

Miré directamente a Sam, ella seguro que sabía lo que había pasado o simplemente se haría una pequeña idea de qué ha podido pasar. Pero no estaba pensando en eso, tenía la mirada perdida y pude ver cómo una oscuridad se hacía con ella.

-¿Sam? - pregunté con miedo a su reacción porque no tenía ni idea de lo que podía estar pensando.

-Lo saben, saben que estoy viva y el cebo para que vaya a ellos es Emily.

Mateo se levantó de manera brusca y directo hacia Sam, pude ver en sus ojos rabia, mucha rabia. Se acercó a ella y la empujó contra la pared.

-¿Dónde cojones la tienen? - dijo en bajo, pero consumido por la ira.

Igor y yo fuimos directos a separarle de Sam, pero no funcionó, la agarró de los hombros y la presionó más a la pared.

- No lo sé Mateo, de verdad - susurró mi novia mientras cerraba los ojos y se culpaba por lo que estaba pasando.

-Todo esto es por tu culpa, que lo sepas, si a Emily le ocurre algo... - pero le corté, Sam no sé merecía eso y menos que estuviera a milímetros de ella mientras le apuntaba con el índice haciéndola culpable de algo que no era.

-Mateo, déjala - puse las dos manos sobre sus hombros y le separé de Sam.

Igor y mi padre salieron con él al jardín para que se relajara mientras yo me quedaba con Sam en la cocina. Se apoyó en la isla de la cocina y yo me quedé justo en frente de ella.

-¿Estás segura de lo que has dicho? - pregunté porque había cosas que no cuadraban, por qué iban a entrar en su casa si Emily en un principio estaba en el partido, y por qué sabían que Sam estaba viva, no tenían ninguna prueba.

-Encontraron el certificado de mi defunción falsificado por la policía inglesa junto a los papeles que justifican mi cambio de identidad - Suspiró, me miró y deseé poder estar dentro de su cabeza y saber qué estaba pensando - Marco, esos papeles me liberaron y ahora me han hecho prisionera de mi pasado.

Se dio la vuelta para que no viera que se acababa de romper por dentro, porque se supone que es una chica dura que puede con todo. Me acerqué y la abracé por detrás, ella se dio la vuelta entre mis brazos y me abrazó con fuerza.

-Vas a estar bien, ellos no saben que estás aquí, salvaremos a Emily - se apartó un poco de mí y miró hacia arriba, quité los rastro de lágrimas de sus mejillas y asintió.

-Creo que puedo rastrear el móvil de Emily y saber dónde la tienen, si actúo rápido y por sorpresa, podré sacarla de allí - tuve que pensar lo que acababa de decir para ser consciente de que se iba a meter en una misión suicida.

-No puedes hacerlo tú sola, te estarán esperando y te ganarán en número sin duda - me separé más de ella, tenía que estar de coña y no hablar en serio.

-No podemos llamar a la policía Marco, se supone que estoy muerta, se enterarán de mi pasado y me meterán en la cárcel - empezó a moverse por la cocina, inquieta.

Tenía que haber otra solución en la que ella no saliera perdiendo sólo debíamos seguir pensando. No podía ser tan complicado, pero lo era cuando cada minuto y cada segundo contaban, no sabíamos ni si quiera el estado de Emily.

- No hay otra opción, tengo que hacerlo - Sam estaba convencida de eso, pero yo no y fue entonces cuando se me ocurrió.

-Sí hay otra opción - se acercó mirándome atentamente, podía ser una locura - Si Mateo denuncia la desaparición de Emily no se tienen que enterar de que tú estás conectada a ella. Se supone que son pareja ahora mismo, es una razón suficiente para que comiencen su búsqueda y además siendo Mateo un personaje público la búsqueda será más eficaz.

Sam se quedó pensando seguramente en los fallos que podría tener mi plan sin darse cuenta de que podía ser la única solución a todo esto sin que ella saliera perdiendo.

-Los capturarán y como cobardes que son hablarán de mí a la policía, les mostrarán las pruebas que tienen contra mí y acabarán viniendo - joder, las cosas no pueden ser tan difíciles y además eso no tiene lógica.

- No lo entiendo, tienen la posibilidad de ir a la policía ahora mismo con esos malditos papeles y demostrar tu pasado para que te metan en la cárcel y sin embargo van a por tu mejor amiga - tenía la sensación de que a medida que avanzábamos todo tenía menos sentido.

-Puede que tengas razón - la miré extrañado, necesitaba una explicación clara - A ver, lo que esa gente quiere no es meterme en la cárcel, lo que quieren es venganza y para ellos la venganza va mucho más allá de eso.

Me estaba metiendo demasiado miedo en el cuerpo con todo eso de la maldita venganza.

-¿Puedes especificar a que te refieres con eso de ir más allá de la venganza? - pregunté sin saber si quería saber la respuesta.

-Marco, esto es la mafia, y lo último que quieren es ver cómo me pudro en la cárcel, para ellos la traición sólo se olvida de una manera, siendo su prisionera.

Déjame intentarlo. //Marco Asensio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora