"Merece la pena"

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Narra Marco

Habíamos ganado la Champions, había metido un gol y me había atrevido a besar a Sam. Sin duda este era uno de los mejores días de mi vida y es que íbamos todos en el autobús de vuelta al hotel cantando y pasando la copa de un lado a otro.

Algunos ya estaban afónicos de tanto gritar como Ramos y otro más tímidos como Kovacic que simplemente sonreía. Nunca llegamos a pensar que íbamos a hacernos con la "orejona", la Juve era un rival muy peligroso hasta que lo dejó de serlo.

En cuanto llegamos al hotel salimos corriendo a por nuestras cosas entre risas, queríamos llegar a Madrid cuanto antes, ir a nuestra querida Cibeles y ponerle la bufanda. Queríamos celebrar el triunfo con todos los madridistas.

Sam y Emily se perdieron por el pasillo mientras que Mateo y yo entramos en la habitación.

-¿Puedo preguntarte algo? - le dije un poco inseguro a Kovacic, pero me moría de la curiosidad.

-Claro - pronunció con su acento croata.

-¿Por qué no celebras las victorias como nosotros? - él se echó a reír mientras cerraba su maleta.

-En mi país no somos tan escandalosos como vosotros, por eso aún no estoy acostumbrado, pero créeme que al principio era mucho peor - si es que los españoles somos de todo menos callado.

Salimos entre bromas de la habitación, creo que éramos los últimos porque no se escuchaba ni un grito de celebración por todo el pasillo. Mateo se dirigió al ascensor y yo a las escaleras, era un segundo piso así que no sería un gran esfuerzo.

Fui a abrir la puerta de las escaleras cuando oí un portazo y varias personas correr. Me giré y vi a Sam y a Emily corriendo como locas por el pasillo.

-¿Qué pasa? - pregunté cuando se acercaron a mí.

-Tenemos que irnos de aquí ya - Sam cogió mi mano y bajamos las escaleras corriendo.

Por suerte ninguno tropezamos con las maletas. Cuando llegamos al vestíbulo vimos a un montón de policía que salía del ascensor y otros que subían por las escaleras.

Sam me miró y su rostro empalideció. Zidane se acercó rápido a nosotros.

-Chicos, id subiendo al autobús rápido, van a desalojar el hotel, ha sucedido algo - salimos de allí, dejamos las maletas en el maletero del autobús y nos subimos.

Faltaban unos cuantos jugadores que ya estaban siendo evacuados. Emily se sentó con Mateo y yo al lado de Sam que había echado la cortina de la ventana.

Lo comprendí todo, se habían enterado de que estaba allí e iban a por ella, justo lo que quería evitar. Aún así, me atreví a preguntar.

-Son ellos ¿verdad? No puede ser una simple casualidad que hayas vuelto aquí y el hotel donde te alojabas haya sido evacuado por motivos que se desconocen.

Ella me miró y asintió con la cabeza. No hizo falta que me dijera nada más para que me acercara a ella y la abrazara.

-Nos vamos a ir de aquí, no tienes por qué preocuparte.

-Tenemos que pasar el control del aeropuerto - me miró con cara de cansancio.

-Acabamos de ganar una Champions, lo único que van a mirar son nuestras maletas, estamos deseando llegar a Madrid para celebrarlo, no se van a preocupar de mirar nuestros pasaportes. Confía en mí.

Me miró a los ojos y el beso llegó al instante. El tercero de toda la noche y cada vez me gustaba más. Todo esto era una completa locura, estaba besándome con una persona a la que buscan en Inglaterra, nos acababan de desalojar de un hotel por ella y aún así me sentía especial por poder estar con ella.

El viaje hasta Madrid fue lo mejor de la noche. Creo que llamaron la atención a Sergio como unas 3 veces cuándo estábamos volando para que dejará de andar de un lado a otro y se quedara sentado en su sitio.

Algunos niños revoloteaban entre los asientos y el pequeño hijo de Isco estaba entre Sam y yo. Se le había antojado sentarse a mí lado, le había mirado a Isco con cara de pena y ni él ni yo pudimos decir que no.

-Oye, pero tú no tienes ni una pizca de sueño - le preguntó Sam al pequeño que no dejaba de hablar y de moverse en el asiento.

-No, porque me he echado la siesta, no quería perderme el partido de mi papá - me miró a mí y se le dibujó una sonrisa en el rostro, cuando hacía eso es que no iba a hacer nada bueno - Tito Asensio, ¿dónde has conocido a tu novia? Es que me cae muy bien.

Sam soltó una carcajada y yo otra.

-Es un secreto, no se lo puedo decir a nadie - le confesé.

-Yo no se lo digo a nadie, te lo prometo - me dijo susurrando y acercándose más a mí.

En ese momento el piloto habló, estábamos sobrevolando los cielos de Madrid y tocaba abrocharse el cinturón.

-Otro día te lo cuento, ahora siéntate que vamos a aterrizar.

Le abroché el cinturón y le cogí de la mano. Él automáticamente cogió de la otra mano a Sam y ella se sorprendió, aunque no sé quien tenía más miedo si ella o el niño.

Acabamos la celebración en la Cibeles a las ocho de la mañana y había un montón de personas allí, esperándonos. Sam y Emily se habían ido a casa en cuanto llegamos al aeropuerto. Habíamos quedado con ellas a la salida de la celebración del Bernabéu.

A las seis habíamos quedado en Valdebebas, la celebración por el centro de Madrid empezaba a las siete. En total había dormido unos 6 horas más o menos y me sentía como nuevo.

Llegué antes, pero lo hice adrede. Fui directo a las pequeñas gradas del campo donde entrenamos. Necesitaba pensar, reflexionar sobre lo que había pasado, sobre Sam.

-¿Qué haces aquí tan pronto? - la voz de Lucas me sobresaltó.

-Puedo hacerte exactamente la misma pregunta - se sentó a mi lado y rió.

-Lo sé, pero yo he preguntado primero y por la cara que tienes no parece que hayas ganado una Champions y hayas sido el creador de un gol.

Me conocía demasiado bien el jodío. Le había prometido a Sam que no diría ni una sola palabra de lo que me contó, sin embargo, tenía la necesidad de que alguien me ayudara en estos temas, jamás me había sentido así.

-Sam es muy complicada.

-Todos lo somos, y tú el primero.

-Sí, lo sé, pero joder, nunca me había sentido así por nadie Lucas, tengo 22 años, estoy cumpliendo mi sueño y ni si quiera sé si de verdad Sam va a merecer la pena - estaba demasiado frustrado conmigo mismo por no tener las cosas claras.

-¿Sabes cuál es tu problema? - negué con la cabeza ante aquella pregunta -Quieres saber qué va a salir mal y que bien, tienes miedo de que todo se pueda ir a la mierda y lo vuelvas a pasar mal otra vez. Pero no tenemos ese poder, nosotros nos arriesgamos y a veces perdemos o ganamos.

Tenía razón pero no quería admitirlo. Lucas siguió hablando.

- El fútbol te gusta porque tiene límites, sabes que tienes 90 minutos para darlo todo, si vas muy jodido lo intentas arreglar y si vas bien intentas mantenerlo hasta el último minuto. Pero la vida real no funciona así Marco, aquí no hay un tiempo establecido, no hay un árbitro que pite el final, y eso te da miedo.

-Me da miedo fallarme a mí mismo. He estado todo mi vida trabajando para estar aquí y no quiero desconcentrarme por una chica.

- Pero te encanta esa chica - me recriminó - pensaba lo mismo cuando conocí a Macarena, y ahora estamos a punto de casarnos - suspiró y me miró a la cara - Marco, eres un crío de 22 años, no dejes de hacer las cosas que hace cualquier persona de 22 años por el hecho de ser futbolista. No dejes de tener novia por ser lo que eres, porque puede merecer la pena.

Joder, tenía razón pero Sam no era cualquier chica, era una persona buscada y con un pasado difícil. Y ahora entiendo por qué me quería mantener lejos de todo esto, por qué no quería que la conociera hasta el fondo.

Y puede que me arrepienta de lo que iba a hacer.

Déjame intentarlo. //Marco Asensio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora