Un grupo de chicos y chicas se nos acercó mientras nos dirigíamos a una especie de bar que acabábamos de ver a lo lejos.
- ¿Sois Alfredito y Guille de Las Crónicas de Alfredito? - dijo uno de los chicos que había, sonriendo nervioso mientras las tres chicas que tenían detrás se quedaban con la boca abierta.
- Pueeeeeeeede ser... - respondió Thai con su típica sonrisa.
Thai empezó a firmar cosas y a hacerse una foto con cada uno de ellos. Cuando se iba a hacer una foto con una de las chicas, ésta le abrazó. En ese momento me vino una especie de flashback a la cabeza de la situación del día anterior en la habitación de Thai. El momento en el que sentí tantas cosas a la vez con una cosa tan corriente como un abrazo. Y me vino una pregunta, ¿habría sentido él lo mismo que sentí yo? Estaba casi segura de que la respuesta era un rotundo no. Era un abrazo. Un simple y ridículo abrazo. ¿ Por qué me había marcado tanto y por qué me hacía sentir tantas cosas simplemente con pensarlo? Al fin bajé de mi nube cuando Nico me llamó. Ya habían terminado. Me relajé al ver que no me había quedado simplemente mirando a la nada, sino que me había quedado mirando al suelo en señal de espera. Es decir, que supuse que no se habría notado mucho ese momento de absurdo trance. Nico, Thai y yo continuamos yendo hacia el bar. Llegamos allí y Thai y Nico se pidieron una Coca Cola cada uno. Como allí había de todo, yo me pedí un helado. Me encanta comer helado en cualquier época del año, y más si lleva chocolate por encima, como era el caso. Nos sentamos en unas mesas altas que había allí y comenzamos a charlar. Salió el tema de este mismo viaje.
- ¿Sabes? Estaba muy nervioso, más nervioso que otras veces. Y no sé si era del viaje o de que te iba a conocer - dijo Thai.
-Yo estaba también muy nerviosa, por el hecho de que a través de YouTube haya conocido a personas como vosotros y os haya podido conocer y tener aquí, viviendo en lo que es prácticamente mi casa... Es algo increíble - le contesté, sonrojándome un poco. Thai y Nico me respondieron a esto con una sonrisa.
- Yo tuve que aguantar al forro de Thai preguntando cuánto quedaba para llegar cada cinco minutos. Daban ganas de tirarle del avión - dijo Nico y nos reímos los tres.
Continuamos hablando mientras nos tomábamos lo que habíamos comprado. Estaba casi segura de que Thai me miraba muy a menudo, esto me ponía nerviosa. No me gusta que me miren tanto. Aunque bueno, creo que sin quererlo le devolvía las miradas. De vez en cuando le miraba yo también a él, casi sin darme cuenta. Dios, me sentía tan estúpida haciendo y pensando esas cosas... Jamás había hecho esas cosas. Era tan raro.
- ¿Qué hora es chicos? - pregunté yo.
- Las ocho, van a cerrar ya - dijo Thai.
- Yo quiero quedarme a vivir en este sitio - lloriqueó Nico, bromeando.
Nos levantamos y tiramos las latas de Coca Cola a la basura. Bajamos las escaleras, nos despedimos de la estatua de Link y Navi de la entrada y nos dirigimos al metro para volver a casa. Más o menos a las nueve estábamos en casa de mi tía, bastante cansados. Yo me dejé caer en el sofá del salón. Me dolían los pies de andar. Me tumbé mirando al techo, tapándome la cara con el brazo para que no me molestara la luz. Me puse a pensar en todo lo que se me había pasado por la cabeza a lo largo de estos meses. Las partidas de Ghost Recoon, los tweets, el mejor abrazo que me habían dado en la vida, la conversación de aquella mañana, las miradas... Tenía tantas cosas que pensar que al final me quedé dormida. Los pensamientos me habían agotado del todo. Me desperté tiempo después con una manta puesta y con las luces de la habitación apagadas. La única iluminación que tenía el salón en aquel momento venía de la habitación de Thai. Miré la hora en mi móvil. Medianoche. Tenía 11 llamadas perdidas de mi madre. Decidí mandarle un mensaje por si acaso Nico estaba durmiendo para no despertarle con mi voz. Le expliqué lo que me había sucedido y decidimos que lo mejor era que me quedara en casa de mi tía a dormir, ya que por aquella hora no pasaban autobuses y no iba a ir sola andando. Me quité la manta y me incorporé en el sofá. Sabía que Thai estaba despierto, así que decidí ir a decirle que me iba a quedar allí aquella noche.
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Gamer Story
FanfictionNora es la típica rarita friki, amante del mundo de YouTube. Con sus 17 años de edad consigue que Alfredito (LasCrónicasDeAlfredito), un youtuber argentino, le haga caso y responda a sus peticiones. ¿Qué sucederá después de esto?