Capítulo 13

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        Estuve un buen rato encerrada en el baño, ni siquiera sé por cuánto tiempo.Aunque aquello no era lo que más me importaba en ese momento. Cuando escuché que Nico había entrado en su habitación salí del baño abriendo la puerta lentamente. Me asomé. Cada uno estaba en su habitación con la puerta cerrada. Apagué la luz del cuarto de baño y todo se quedó a oscuras. A tientas por el pasillo fui hasta la puerta de la habitación de Nico y entré. Él estaba en pie, ordenando su maleta para que entraran las cosas que se había comprado. Al oírme llegar se dio la vuelta y se quedó mirándome.

        - Nora, ¿estás bien? Tenés mala cara.

        - ¡¿Se lo has contado?!

        - ¿Qué?

        - ¿Como has podido contárselo Nico? Necesitaba apoyo de alguien, confío en ti para contarte todo lo que se me ha estado pasando por la cabeza y a ti sólo se te ocurre decírselo todo a Thai...

        - Nora escucha...

        - ... Ahora por tu culpa se ha asustado y a la mierda todo. Eres un bocazas Nico, si te hubieras callado no habría dejado de hablarme. Además...

        - Nora.

        - Nora no, has hecho que pierda a mi mejor amigo y no te lo voy a p...

        - ¡Nora, no he contado nada de lo que me dijiste!

        - ¡¿Entonces por qué coño actúa así Thai?!

        Y entonces pasó. Lo que menos me esperaba en aquel momento y lugar. Nico, que ya se había acercado lo suficiente se abalanzó sobre mí para besarme. ¡¿Qué estaba pasando?! Sin saber por qué yo le seguí la corriente. A lo mejor mientras le besaba pensaba que estaba con Thai. O que Nico me había tratado tan bien que me había empezado a gustar. O simplemente me sentía sola. Fue un beso largo e intenso. Ya cuando nos separamos me senté en la cama, reaccionando a lo que acababa de hacer. ¿Por qué Nico? Éste se sentó al lado mía y me empezó a explicar.

        - No le conté nada a Thai sobre lo que me dijiste. Sólo le conté que me gustás. Es mi mejor amigo y tenía que contarle esto a alguien. Sé que crees que te gusta Thai pero pensé que a lo mejor cambiabas de opinión... - se sinceró Nico.

        Yo estaba alucinada. No me gustaba Nico. Bueno, se había portado muy bien conmigo y era bastante gracioso y amable... "No no no, imposible. No me puede gustar Nico. Aunque no ha estado mal..." pensé.

        - Nico, tengo que... reflexionar. Yo... estoy hecha un lío... Tengo que... organizarme mentalmente - logré decir mientras me levantaba.

        - Lo entiendo, no te preocupes - dijo él abriéndome la puerta. Salí de la habitación y me dirigí al salón iluminando el pasillo con la luz de la pantalla de mi móvil. Llegué al salón. La cama estaba hinchada, la bomba apagada y alguien había puesto ya las sábanas y una almohada. Había una nota en aquella almohada en la que ponía simplemente "Lo siento". La letra era descuidada y escrita en bolígrafo negro. Seguramente lo había escrito Thai. Esto hizo que me pusiera a pensar en aquel comportamiento tan extraño que tenía conmigo. Si Nico no le había contado nada, ¿por qué no me hablaba? ¿Por qué hacía esas cosas tan raras? ¿Qué le pasaba? Estaba bastante cabreada con él en ese momento. Yo no había hecho nada malo para que se enfadara conmigo. Hice una bola de papel con la nota, la tiré al otro lado del salón y me metía en lo que aquella noche sería mi cama. Antes en el baño me había puesto unos pantalones de pijama que me había dado mi tía cuando había ido a buscar el colchón hinchable, así que no tendría que dormir en vaqueros. Me quedé mirando al techo como solía hacer cuando algo me preocupaba. Me rondaba por la cabeza todo lo que me había estado pasando. Pensé en el beso. ¿Por qué le había seguido la corriente? No me gustaba. "Nora, si no te gusta Nico ¿por qué te ha gustado que te besara?" me pregunté a mí misma. Tanto tiempo siendo la "rarita"... ¿Por qué le gustaba? No tenía sentido, yo no le gustaba a nadie. "Es decir, mírame. Una friki descuidada, siempre llevando vaqueros y zapatillas planas, odiando las faldas, los vestidos y el maquillaje ya desde pequeña, vistiendo siempre con la misma chaqueta gris con capucha" me dije. No era nada del otro mundo. Había visto muchas fotos de chicas en taconazos y vestiditos de flores, maquilladas, tan perfectas. Creía que a los chicos les iba ese rollo. "Nora, ya te tacharon de rarita anteriormente. Y si tantos lo hicieron será porque lo eres" pensé yo. Y con estos pensamientos en la cabeza me quedé dormida al fin.

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