Después de comer (dios, cómo eché de menos la comida de mi madre) preparé la mochila, sacando todos los objetos que había comprado en la Games Week y dejándolos sobre la cama para luego después, cuando volviera a casa, recogerlos. Eché a lavar la ropa sucia y me puse ropa limpia. Unos vaqueros un poco rasgados, mi camiseta de The Punisher y una chaqueta con capucha de color negro. Llené la mochila con mis cosas, me puse el abrigo y salí a la calle. Volví a coger el bus. Con el frío que hacía no tenía ganas de andar sola por la calle durante 30 minutos. Si fuera con alguien no me importaría ya que estaría pensando en la conversación y no tendría en cuenta el frío. Cuando llegué eran las 16:05. Thai y Nico ya estaban esperándome en el portal.
- Siento el retraso chicos, se me ha ido un poco la hora... ¿Vamos? - hice un gesto para que me siguieran y así lo hicieron.
Fuimos caminando por las calles mientras charlábamos de cualquier tontería, Nico y yo agarrados de la mano. Era agradable pasar las tardes con ellos. No me sentía para nada fuera de lugar como me había pasado con anteriores amistades. Teníamos tantas cosas comunes que nunca nos quedábamos sin temas de los que hablar. "Ojalá no vivieran tan lejos... Ojalá no tuvieran que volver a Buenos Aires" pensaba yo. ¿Por qué las amistades de internet son siempre las mejores? Cogimos el metro para ir al centro de Madrid. La salida daba justo a una calle cuyo final desembocaba en Plaza España, lugar de la gran quedada. Cuando llegamos allí, aquello estaba repleto. Me atrevería a decir que había mínimo 50 personas. Thai y Nico estaban alucinando con aquello, y la verdad es que yo también. Había gente desde los 15 años de edad hasta los 24. Se acercaron y empezaron a pedir fotos y firmas como locos. Solté la mano de Nico para apartarme un poco de la multitud. Me apoyé en una farola con los brazos cruzados para dar calor a mis manos. Observé la escena: La gente se amontonaba alrededor de Thaiel y Nico, impacientes por conocerles y en una constante pelea de miradas por ver quién pasaba antes. Algunos estaban emocionados y nerviosos, otros estaban tranquilos e intentando disimular su emoción. Algunos cuando ya les firmaban se quedaban en el montón para charlar un poco con los youtubers. Una de las chicas del montón se me acercó después de que Thai y Nico le firmaran en un papel. Parecía más joven que yo y tenía cara de ser simpática.
- Tú eres Nora, ¿verdad? - me preguntó sonriente. Yo le correspondí la sonrisa y asentí. - ¡Vaya! Te sigo en Twitter desde hace bastante tiempo. Estoy muy emocionada por poder conocerte.
- Oh gracias. Me halaga saber que no me quedo tan al margen de la quedada como pensaba - bromeé yo.
La chica se rió y me pidió una foto. Yo estaba un poco descolocada por la situación pero acepté sin pensármelo. Una foto no hace daño a nadie. Después de esto la chica se despidió de mi y volvió junto a la multitud. Volví a colocarme apoyada en la farola tal y como estaba antes y volví a observar la situación. Thai y Nico se comportaban de manera amigable y comprensible. Parecía una reunión de viejos amigos. Charlaban, reían, abrazaban... ¡¿Besaban?! Salí de mi mundo cuando una de las chicas que había en la multitud que tendría unos 18 años se abalanzaba sobre Thai y le besaba en los labios. ¡¿Qué coño estaba pasando?! Según parecía, Thai no oponía ninguna resistencia ya que la chica era bastante guapa. Llevaba una chaqueta negra con el símbolo de Rammstein bordado en una de sus mangas y tenía el pelo rojo fuego, liso y cuidado. De repente una sensación de rabia me invadió de la cabeza a los pies. Cada músculo de mi cuerpo se tensó. La rabia eran tan grande que se estaba empezando a convertir en tristeza. Mis brazos seguían cruzados pero mis puños se cerraron y apretaron bruscamente. ¿Qué me pasaba? Vi que la chica se separaba de él y que empezaban a charlar. Pude distinguir la palabra "apuesta" en las palabras de aquella chica. Thai le reía las gracias. Y ella a él. No se volvieron a separar en toda la firma. Seguían charlando los dos, conociéndose el uno al otro. Se llevaban bien. Y ella se le pegaba como una lapa. "¿Cómo puedes ser tan estúpido Thaiel?" pensé. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me enfadaba por aquello? Es decir, que haga lo que quiera con su vida. No tengo porque inmiscuirme. Aunque sentía la necesidad de hacerlo. "Quizás... Es absurdo. Nora tienes novio. Quítate eso de la cabeza".
Llegó el momento en el que todos los fans estaban complacidos. A Nico se le ocurrió la idea de ir todos a tomar algo a un bar para conocer mejor a sus subs así que fuimos a uno cercano. Thai iba caminando con la chica del pelo de fuego. Parecía que estaban teniendo una conversación muy interesante. Thai me miró un momento y la volvió a mirar a ella. A continuación rodeó a la chica con su brazo. Como auto reflejo, hice que Nico pasara su brazo por mi cadera y así ir caminando bastante pegados el uno al otro. A Nico no le molestó aquel gesto. Me sonrió y me acercó a él lo más que pudo. Llegamos al bar, el cuál estaba casi desierto por ser domingo. Se llenó en cuanto nosotros entramos, lo cuál hizo feliz al dueño del local. Nico, Thaiel, la pelifuego y yo nos sentamos en una de las mesas. Los suscriptores se sentaron en las mesas de alrededor y cada uno pidió su bebida. Thaiel empezó a ponerse muy meloso con la pelifuego, rodeándola con el brazo y dándole algún que otro corto beso en la mejilla. Cada vez me enfadaba más la situación, mis músculos llevaban un buen rato tensados. La rabia me nublaba la consciencia.- Vaya, ¿hoy es la tarde del amor? Vale - me lancé a los labios de Nico, el cuál no se esperaba aquella reacción por mi parte. Su lengua pidió paso a mi boca y yo le correspondí el gesto dejándola pasar. Podía oír a la multitud sorprendida, cuchicheos a mi alrededor y algunos "¡Oh, qué bonito!" de algún que otro sub. Cuando Nico y yo nos separamos Thai miraba hacia la carta con desinterés hacia lo demás. Entre tanto murmullo y tanta gente me empecé a agobiar así que decidí salir a dar una vuelta.
- Voy a tomar el aire chicos, me estoy agobiando un poco con tanta gente - me levanté del asiento y Thai se levantó casi al instante de que yo dijera aquello.
- Te acompaño - me dijo de manera un poco brusca. Yo no tenía ganas de que viniera conmigo después de aquel espectáculo que habíamos dado así que negué con la cabeza.
- No hace falta - dije secamente.
- Insisto - me respondió desafiante.
Cogí mi abrigo y me fui sin esperarle. Él iba siguiéndome como podía. ¿Por qué tenía tanto interés en acompañarme?
ESTÁS LEYENDO
Gamer Story
Fiksi PenggemarNora es la típica rarita friki, amante del mundo de YouTube. Con sus 17 años de edad consigue que Alfredito (LasCrónicasDeAlfredito), un youtuber argentino, le haga caso y responda a sus peticiones. ¿Qué sucederá después de esto?