Capítulo 22

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Llegamos a su casa sobre las 8 de la tarde. Como ya dije Nico y yo no teníamos ninguna prisa en volver. Mi malestar había desaparecido poco a poco durante la conversación en el trayecto. Tenía planeado subir a su futura casa para recoger mis cosas y coger el bus de las 20:20 para así llegar a las 20:45 a casa como mucho. No quería volver tan pronto pero sabía que al día siguiente tendría que ir al instituto por eso de que era mi deber y tal. Lo típico. Subimos a casa y Nico cerró la puerta tras de sí. Quise adelantarme e ir rápidamente al salón a por las cosas pero Nico me había agarrado del brazo.

- Eh eh eh eh - dijo él, atrayéndome hacia su cuerpo tirando de mi brazo - ¿Qué prisa tenés? - se agachó levemente para besarme. Le correspondí, rodeando su cuello con mis brazos.

- Pensaba... Coger el... Bus a y 20 - Nico interrumpía mis palabras con pequeños y cariñosos besos en los labios.

- ¿Seguro que no querés quedarte más? - insistió, continuando aquellos besos por la zona de mi cuello.

- Eso es chantaje - respondí. Aquellos besos me estaban empezando a hacer perder la consciencia de lo que decía.

- Es la primera vez que nos quedamos solos Nora, tendré que aprovechar - Nico no me dejó replicar. Me sumió en un apasionado beso en el que nuestras lenguas empezaron a juguetear fervientemente. Nico me acercó a su cuerpo todo lo que pudo, abrazándome como si nunca me fuera a soltar. Aquel abrazo... "Thaiel" pensé. El recuerdo del abrazo que Thaiel me dio el miércoles vino a mi cabeza rompiendo aquel momento como un rayo que consigue partir un árbol. "Olvídate Nora" me dije a mi misma. Nico y yo seguimos besándonos hasta llegar al salón. El colchón estaba guardado así que Nico me hizo tumbarme en el sofá sin dejar escapar el contacto de mis labios con los suyos. Él estaba encima mía con un brazo apoyado a un lado de mi cuerpo, el otro apoyado en el respaldo del gran sofá y las piernas apoyadas a los lados de las mías. Estuvimos así un buen rato, alternando besos entre cuello y boca continuamente hasta que Nico dijo "Al carajo". Cortó el contacto para quitarse la camiseta con una sonrisa pícara en su rostro y continuamos. Pocos minutos después, como si de un castigo de la suerte se tratara, se escuchó el ruido de la puerta principal abriéndose. Era Thaiel seguro.

- Corre - susurré apurada, lanzándole su camiseta para que se la pusiera. Yo me incorporé en el sofá y me peiné con las manos intentando parecer que no había pasado nada. Apareció Thai por la puerta con una sonrisa en la cara.

- ¿Qué onda wachines? ¿Me extrañaron? - puso las manos como queriendo decir "¡Sorpresa!".

- ¿Qué pasó Thai? ¿Cómo andás? - respondió Nico actuando como si nada hubiera pasado.

- Ando con las dos piernas pelotudo - se burló Thai. Aquello hizo que Nico soltara una risa.

- Me refiero a que cómo es que andás tan feliz, forro.

- Pues porque la vida es feliz y si la vida es feliz yo también soy feliz porque la vida es como...

- ¡Thaiel!

- Mónica y yo chapamos Nico. ¡Chapé al fin de vuelta! - al oír esto sentí como me ardía el pecho. La rabia hizo que no pensara en lo que decía a continuación.

- ¡¿Con una fan Thaiel?! ¡¿Y por qué crees que te quiere?! ¡¿Por cómo eres?! ¡Es una fan! ¡Todas son iguales! ¡Todas te van a querer por tu estúpida fama en YouTube! - después de soltar todo aquello se hizo el silencio durante unos segundos en los cuales Nico y Thaiel se dedicaron a mirarme sorprendidos. El silencio fue interrumpido.

- Nora... hace unos meses eras una de ellas. ¿Estás diciendo que eres amiga nuestra por nuestra fama? - dijo Thaiel, visiblemente afectado.

- No, osea, me refiero... Tienes que tener más cuidado con la gente Thai. No quiero que te hagan daño.

- ¿No crees que estás juzgando mal a Mónica? No parece ser mala onda.

- ¡La conoces de un día!

- Nora déjale, ya es mayorcito como para cuidarse sólo - interrumpió Nico. Yo di un suspiro de enfado, agarré mi valija y me dirigí a la puerta - Nora, no te vayas así... Sólo digo que Thai no necesita que nadie le cuide.

- Lo sé, sólo me preocupaba por él pero visto que no puedo ya no lo haré más. Pasad buena noche - Y con estas palabras salí de la casa. ¿Qué me había pasado? "En cualquier otra circunstancia habría sido más razonable. ¿Qué me acaba de pasar?" pensé. Me había comportado como una estúpida. Un sentimiento extraño de rabia e impotencia había conseguido nublar a mi razón y no hacerme consciente de lo que decía. Sólo tenía ganas de maldecir una y otra vez a aquella extraña de pelo rojo que sólo había traído problemas al grupo.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2016 ⏰

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