Capítulo 4

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Las nueve menos diez. Ya tendrían que haber llegado. Me levanté y miré hacia los lados. La calle estaba desierta, sólo se oía un perro ladrando en uno de los balcones del edificio. Diez segundos después de haberme levantado vi un coche amarillo desgastado con un letrero encima que ponía "TAXI". ¡Eran ellos! Se pararon justo en frente del portal. Yo seguí mirando el móvil, haciendo como si no les hubiera visto. Del taxi salió primero Nico, un chico bajito y morenito con el pelo rapado. Salía con una mochila y se dirigió hacia el maletero para coger el resto del equipaje. A continuación salió un chico de pelo negro media melena, alto y delgaducho. Era Thai, que parecía que había tenido todo desordenado en el taxi y no sabía cómo volver a meter todas sus cosas en su mochila. Tenía su cámara colgada al cuello, esto significaba que había grabado en el avión y/o durante el trayecto en taxi. Levantó la vista de la mochila que al fin había conseguido ordenar, me miró y me sonrió mientras hacía un gesto con la mano para que esperase. Se dio la vuelta y pagó al taxista. Éste se fue.

- ¿Eres Nora, la chica de twitter? - me dijo Thai, siempre con una sonrisa en la cara.

- Sí, la misma. ¡Bienvenidos a España! - dije yo con gesto de celebración.

-Menudo nombre el tuyo eh.

-Me lo dijo el más indicado...

Los dos nos reímos. Parecía que él también estaba nervioso. No paraba de bajarse la chaqueta y de moverse.

- ¿No vas a ayudar a tu primo con el equipaje? - dije yo señalando a Nico con la cabeza. Éste estaba en medio de la calle con 2 maletas y su mochila. Parecía que pensaba alguna forma de cogerlo todo a la vez, pero las maletas parecían pesar demasiado.

- Uy, me olvidé - dijo Thai dirigiéndose hacia Nico y diciendo "Nico, amigo te quiero mucho". Nico le respondía por lo bajo. Pude apreciar la palabra "forro", lo demás no lo llegué a escuchar. Me acerqué por si necesitaban ayuda.

- No gracias, esto no es nada para nosotros - dijeron ellos, haciéndose los machos.

Subimos a la casa de mi tía. Era un pequeño piso en el 3º. Menos mal que había ascensor porque si no Thai y Nico hubieran muerto subiendo el equipaje. Yo tuve que subir por las escaleras porque no cabíamos todos. Ya al fin entramos en la casa. Les enseñé sus habitaciones y las instalaciones en general. Se quedaron alucinados con cómo había dejado todo.

- ¿Hiciste todo esto tú sola? - dijo Nico observando el póster del equipo de fútbol argentino que había en su habitación.

- No es para tanto, sólo limpié un poco y compré cosas nuevas... - dije halagada.

-¡Noraaaaaaaaaa! - me llamó Thai. Fui a su habitación. Thai se había quedado embobado mirando un póster tamaño grande de Portal que había en la pared - ¡TE RE AMO! ¡AMO ESE PÓSTER!

- Te lo puedes quedar si quieres, ya conseguiré yo otro - dije yo riéndome todavía por la cara que puso al verlo. Thai me miró alucinado. Se acercó a mí y me abrazó.

-¡GRACIAS GRACIAS GRACIAS! - exclamó mientras me abrazaba, contento.

Todavía recuerdo ese abrazo. Fue como si se hubiera congelado el tiempo, como si fuéramos los únicos que había en todo el planeta. Ahí estaba yo, abrazando a un youtuber argentino que nunca pensé que conocería. Para mí fue un momento mágico. Sé que sólo era un abrazo de un simple amigo, de uno de mis mejores amigos, pero para mí fue muy especial. Nunca me hubiera imaginado que iba a abrazar a la persona que admiro, aunque mucho menos que él fuera a ser amigo mío. El abrazo se alargó más de lo normal, pero no sólo por mi propia voluntad.

- Bueno chicos, ya les di antes la copia de las llaves así que no me queda más que daros las buenas noches y esperar que descanséis bien - dije yo amablemente, en un tono que me pudieran oír los dos.

- ¿Ya te vas? - dijo Thai.

- Son las diez de la noche y voy a tener que coger un autobús para ir a mi casa que sale en cinco minutos. No puedo quedarme más. Además, tenéis que descansar del viaje - respondí yo.

- ¡A dormir Thai! - oí decir a Nico desde su cama.

Thai y yo nos reímos. Me despedí, cogí el bus y me fui a mi casa. Esa noche mis padres no me dijeron nada por haber llegado tarde, ya que al día siguiente había puente y no tenía clases. Además había avisado antes de salir de que no llegaría a la hora. Cené, me cambié, me lavé los dientes y me quedé dormida mientras veía Harry Potter, ya que lo estaban echando en la televisión. Había sido un día duro, los tres necesitábamos descansar.

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