Capítulo 16

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        - No te lo puedo decir Nora. Fastidiaría todo y seguramente me odiarías después - respondió Thaiel. Mi enfado iba en aumento.

        - Mira Thaiel, estoy harta. Me cabrea mucho que hayas podido dejar de hablarme en cuestión de horas sin ninguna explicación. Ni siquiera sé qué he hecho mal y me gustaría saberlo al menos. Si después no me hablas el resto de tu vida lo entenderé. Pero joder, eras mi mejor amigo... ¿Cómo puedes dejar de hablarme sin ningún remordimiento? ¿No he sido nunca nada para ti o qué?

        - Nora, basta. No es tan sencillo como pensás - Thaiel se estaba poniendo cada vez más nervioso.

        - ¡No puedo callarme Thaiel! ¡Estoy dolida! ¡Sólo te he pedido un por qué!

        - ¡Nora, me gustás! ¡Dejá de hacerme sentir mal!

        Después de haberme quedado silenciosa y boquiabierta durante unos instantes, me acerqué rápidamente a él y le besé. No fue como los que me daba Nico, fue mucho mejor. Hizo que me sintiera como si sólo estuviéramos él y yo en el mundo, como si nada importase, como si el tiempo se hubiera parado por y para nosotros. Fue un beso largo y suave, al parecer ninguno de los dos queríamos dejar escapar aquel momento. Al separar nuestros labios nos sonreímos mutuamente, aunque yo aparté mi mirada de la suya porque me había puesto roja. Nos quedamos en silencio, abrazados.

        - No quiero ser corta-rollos pero... - dijo Thai interrumpiendo el silencio - ¿Y qué pasa con Nico?

        "Mierda, Nico. Es verdad. ¿Por qué he besado a Thaiel? ¡Estoy saliendo con Nico! ¿Cómo puedo ser tan estúpida?" pensé mientras aquella sonrisa se borraba de mi rostro. Nunca pensé que sería así. Siempre había creído que sería a mí a quien le hiciesen esto. Deshice el abrazo para sentarme en el colchón, pensando en lo insensata que acababa de ser y en las consecuencias de mis actos. Mi cara había pasado de un rojo tímido a un pálido que mostraba mi preocupación. Thai se sentó a mi lado y me rodeó con el brazo en señal de apoyo.

        - Entonces... - cambié de tema, dando a entender que no sabía la respuesta a su pregunta - ¿Estabas enfadado porque estoy saliendo con Nico?

        - No estaba enfadado, es que...

        - Creía que no te gustaban las personas celosas.

        - Y no me gustan, y por eso me odio a mí mismo... - hubo un breve silencio y continuó hablando - Nora, no sé qué tenés pero... Tenés algo. Algo que hizo que confiara en vos desde el primer momento. Y ya cuando te conocí en persona comprendí que... me gustás. Y cada vez más por todo lo que hacés por nosotros, por lo amable y simpática que sos.

        Sentí mis mejillas arder de nuevo. Nunca me habían dicho algo parecido, lo más bonito que me había llegado a llamar un chico era "maja". No podía creer que le gustase tanto a alguien. Y eso multiplicado por dos personas.

        - Esto no puede ser real - dije yo, soltando una extraña risa que mezclaba preocupación, nerviosismo y felicidad. Thai movió ligeramente mi cabeza con la mano para que le mirara a la cara.

        - ¿Acaso pensás que yo iba a mentir a mi mejor amiga sobre algo así? - dijo sonriendo mientras me acariciaba la mejilla con el pulgar de la misma mano con la que me había hecho mirarle.

         Por la mezcla de sentimientos contradictorios y la desesperación por no saber que hacer ni qué pasaría después de aquello, una lágrima resbaló por la mejilla que Thai me acariciaba con ternura.

         - Eh, ¿qué pasó? - preguntó Thai, limpiando aquella lágrima con su pulgar y a continuación sacando un pañuelo de la caja que había en la mesita de café del salón.

         - No sé qué me pasa Thai... Estoy feliz pero a la vez tengo miedo. ¿Qué va a pasar ahora? No quiero perderos ni que dejéis de ser amigos por mi culpa... Estoy confusa, no sé qué hacer. Además, me siento mal por Nico. Él ha hecho mucho por mí y me ha animado cuando tú no estabas... ¿Y qué hago yo para recompensarle? Engañarle. Él confía en mí y le he traicionado - le conté el momento en la pizzería y también el momento en la habitación de Nico la noche anterior y el paseo de esa misma tarde - ¿Ves? He podido confiarle mis secretos y él no los ha contado. Ha puesto él su confianza en mi y yo le he fallado. Me siento la peor persona del mundo.

        Me eché a llorar. Thai me envolvió entre sus brazos y yo acabé haciendo lo mismo con él. Me secaba las lágrimas muy de vez en cuando, no me gustaba que la gente me viera llorar. Deshice el abrazo para sonarme la nariz. Miré a Thaiel. Su cara expresaba preocupación. Cuando me formuló la siguiente pregunta ya supuse por qué.

         - Entonces... ¿Con quién te quedas Nora?

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