Con la fuerza de mil trescientos gigantes.

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Aquel humo negro envolvió el cuerpo de JongIn, siendo cada vez más claro, más fácil de ver a través de él.

El cabello gris del príncipe goteaba a causa del sudor, una porción pegándose a su nuca al igual como lo hacía aquella camisa blanca, abombada, que se le pegaba a la espalda y se traslucía de lo húmeda que estaba.

Los jadeos del moreno eran cada vez más constantes, haciendo una competencia con el subir y bajar de sus hombros que parecía no tener control.

Se escuchó un bufido, pero JongIn lo ignoró completamente.

Mierda. ¿No estaba funcionando?

JongIn chasqueó los dedos pero nada pasó. Tenía que ser una broma.


—Es hora de detenerse, JongIn.


El moreno negó de inmediato. Su ceño y el puente de su nariz estaban fruncidos en señal de desesperación. Apretaba con angustia los dientes, mirando atento a sus dedos que volvió a chasquear y... Nada.

Joder. Nada.

Soltó un grito de frustración. Tenía las mejillas de un fuerte color carmín y sus labios parecían estar hinchados de tanto que los había mordido al intentar que su poder funcionara. Pero... Nada. Nada.

Otro chasquido más. Aquel humo que ahora era de un gris incluso más claro que su cabello, lo envolvió.


—¡Kim JongIn, detente! Ahora.


La voz de Key sonó de tal manera que parecía rebotar en todas las paredes y hacer vibrar el piso bajo sus pies. Sin exagerar.

JongIn se detuvo, pero la repentina baja de adrenalina, el perder la concentración, le jugó una mala pasada al ser mezclado con el agotamiento de llevar toda la mañana encerrado en aquel cuarto de pruebas. Sus piernas temblaron, y antes de poder reaccionar o emitir sonido alguno, comenzó a caerse.

Y sí, no alcanzó a llegar al piso gracias a que Key fue lo suficientemente rápido para acercarse a él y así afirmarlo de los hombros, evitando que se diera un buen golpe.

El brujo suspiró y JongIn cerró los ojos, dejando su cuerpo descansar en contra de la anatomía de Key.


—¿Qué esperabas? Claramente tu cuerpo iba a colapsar.


—¡Bebé! ¿Estás bien?


La voz tranquila del brujo contrastó a la perfección con la angustia en la voz del rey que ahora estaba parado frente a JongIn, tomándole de las mejillas con suma suavidad.

JongIn sonrió.


—Estoy bien. Es sólo que... Me tiene frustrado.


Las manos de JongIn temblaban de manera exagerada, lo cual hizo que las cejas del rey se terminaran por fruncir aún más en señal de preocupación.


—Pero tú eres lo suficientemente inteligente como para no hacer estupideces. No me defraudes, guapetón.


Y por mucho que el brujo intentara parecer serio, se notaba que también estaba preocupado, sobretodo por la manera en que sus dedos se enterraban en los hombros del príncipe.

Demons (2° y 3° temporada)  [ChanKai/KaiYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora