Demons (2° y 3° temporada) [ChanKai/KaiYeol]

Sangre de ángeles.

La enorme lengua de fuego que se alzaba poderosa frente a los ángeles y ChangMin, comenzó a ondear con fiereza, tomando unos matices extraños de color que iban desde el azul hasta el dorado. Una enorme sonrisa se dibujaba en el rostro del hombre de cabello rojo, sonrisa que se repetía en algunos ángeles pero que en otros era completamente lo contrario. Y todas aquellas emociones fueron aún más potentes cuando el fuego tomó la calma de un principio, sólo que ahora tenía un color blanquecino/dorado, brillando más que el sol sobre sus cabezas. Parecía ser oro.

ChangMin entrecerró los ojos y tomó una gran bocanada de aire. Ahora sí podía respirar como era debido. Ahora no iba a morir envenenado por ese maldito aire celestial.

—Lo logró. ¡ChanYeol lo logró!

JunMyeon exclamó completamente emocionado. Sus ojos estaban abiertos de par en par y su sonrisa, radiante, iba muy acorde con aquellos saltos casi infantiles que daba junto a MinSeok que miraba completamente atónito el fuego frente a sus ojos. Leeteuk, DongHae y RyeoWook sólo estaban boquiabiertos. HeeChul seguía inconsciente, y Luhan junto a TaeYeon parecían realmente molestos. Lo cual aumentaba la satisfacción en el rostro ChangMin.

—No canten victoria aún, imbéciles...

La chica, TaeYeon, murmuró con los dientes apretados, claramente molesta, aunque en sus ojos brillaba algo malicioso, algo en lo que ChangMin no tardó en darse cuenta cuando un intenso dolor en su pecho le hizo tensar los hombros y la mandíbula.

Ese dolor...

El pelirrojo frunció el puente de su nariz mientras que los demás seguían celebrando. Sus negros ojos quedaron fijos en los dos ángeles frente a él que también le miraban. Un deje de burla en esos angelicales rostros que llegaban a ser terroríficos.

Los odiaba. 

Otra punzada en el pecho del demonio, esta vez más fuerte que la anterior, lo obligó a doblar un poco su cuerpo hacia el frente. En sus ojos se podía leer la desesperación.

ChanYeol... 

Y todo tuvo sentido para él cuando recordó que faltaba alguien allí. Aquella tercera chica que era igual de mierda que TaeYeon. Tiffany. Esa muchacha pelirroja, más bien cobriza, que solía estar junto a la rubia. Esa chica que era la culpable de que sintiera que mil estacas se clavaban en su corazón.

TaeYeon le sonrió, como si hubiera leído sus pensamientos.

—¿Creíste que no teníamos nada planeado? Tenemos lo que realmente queríamos, príncipe Lucifer.

La chica dijo de forma burlesca, cruzándose de brazos con suma tranquilidad. Luhan, que estaba ahora de pie a su lado, soltó una risa suave, casi inocente, pero que era una gran falsa.

ChangMin frunció el ceño, la ira iba creciendo en su interior. Los demás habían guardado silencio.

—¿A qué te refieres?

DongHae fue el que preguntó, enfrentando a TaeYeon que no cambió ni un ápice su semblante.

—La sangre del hijo de la unión entre un ángel y un demonio. Del único mestizo capaz de controlar el fuego y las sombras.