Llamas del Infierno. (Primera parte)

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—¿Leeteuk? ¿Vas a algún lugar?


El hombre de cabello liso con un bonito color miel que resaltaba contra toda aquella ropa blanca que traía puesta, dio un respingo en su lugar cuando la femenina voz de la mujer que tenía de pie tras él resonó en todo aquel cuarto extremadamente iluminado por los intensos rayos del sol que se colaban sin ningún problema por los enormes ventanales que cubrían casi la totalidad de las tres paredes que daban hacia el exterior. Desde ese lugar, la verde vegetación que se veía parecía no tener fin, incluso si un enorme portón de delgados barrotes negros se levantaba por en medio de unos altos rosales.

Leeteuk, con los hombros tensos, se dio media vuelta, esbozando una sonrisa que le hiciera parecer tranquilo.


—¡Oh! ¡Boa! Pues... No, no, sólo iba a caminar, hoy hace buen tiempo así que...


Dejó la frase al aire, encogiéndose de hombros.

La mujer de contextura delgada y de pequeña estatura, tenía los brazos cruzados sobre su pecho, mirándolo con los ojos entrecerrados y el ceño ligeramente fruncido.

Leeteuk alzó las cejas, dándole un aire simpático a su rostro, aunque Boa mantuvo su expresión por al menos unos segundos. Segundos en donde el silencio reinó a su alrededor.

Un crujido a la distancia les hizo saber que por fin se habían quedado solos. Suspiraron al unísono.


—Deberías ser más cuidadoso, Teuk. Ambos podemos ser eliminados si eres descubierto.


Boa, cambiando su expresión a una de preocupación, se llevó las manos a la frente, donde se masajeó como si estuviese sintiendo algún tipo de dolor. Leeteuk la imitó.


—A veces olvido que siempre hay alguien siguiéndonos los pasos.


Y volvieron a quedarse en silencio, mirando con disimulo hacia su alrededor por si es que llegaban a sentir una presencia más. Pero nada. Estaban solos.

Ese lugar, a diferencia de toda edificación que había en el Cielo, estaba hecho de madera. Las paredes eran cálidas y toda decoración daba la sensación de estar en un lugar lleno de paz.

Aunque continuamente los estuvieran controlando.

Boa se relamió los labios y avanzó hacia Leeteuk, acercándose lo suficiente como para no tener problemas en ponerle las manos sobre el pecho en un gesto cariñoso.

Leeteuk la miró con las cejas fruncidas.


—Debes ser cuidadoso, ¿si? Y dale saludos de mi parte a ese maldito hombre de fuego.


La mujer terminó por esbozar una sonrisa que hizo a Leeteuk reír, poniendo las manos alrededor de la angosta cintura de Boa; fundiéndose en un abrazo bastante apretado.


—Espero que sólo tenga que mandarle tus saludos y que no se le ocurra venir hasta acá.




...




—¡¿Puedes quedarte quieto, KyungSoo?! Me pones nervioso.

Demons (2° y 3° temporada)  [ChanKai/KaiYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora