Recuerdos de fuego, sangre y lágrimas.

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ChanYeol sufrió un pequeño espasmo al despertar, siendo bastante inteligente cuando se mordió el labio inferior para evitar soltar algún sonido vergonzoso. En realidad ese había su cuerpo de forma involuntaria ya que su mente seguía algo dormida. 

El calor le recorría por completo y el sudor estaba en todas partes. Notaba aquel cosquilleo conocido en su vientre bajo; el problema en todo aquello era que... ¡Joder! Ya no tenía quince años como para despertar con una erección y a punto de llegar al orgasmo. 

Lo extraño era que no recordaba qué estaba soñando. 

Su pecho subía y bajaba con rapidez en tanto extendía una de sus manos hacia donde debería estar JongIn. Los cabellos de su nuca se pegaban a la almohada, teniendo la mirada en el techo al menos hasta que se percató de que el cuerpo del moreno no estaba. ¿Y eso? 

Frunció el ceño, preocupado, mirando hacia su lado y sólo encontrándose con la cama vacía. 

¿Dónde se había metido?

Tuvo el impulso de moverse, pero aquel instinto desapareció cuando fue consciente de algo. 

Habían unas manos, ya conocidas, sosteniéndole de las caderas. 

Oh. 

Sus ojos abiertos de par en par fueron a dar con aquel bulto debajo de las tapas de la cama, justo en medio de sus piernas que estaban abiertas, y... Mierda. ¿De verdad? 

ChanYeol tragó saliva pesadamente cuando sintió la respiración de JongIn chocando contra su caliente erección. Tan malditamente cerca que podría llegar al orgasmo en ese mismo instante. 

¿Debería apartarlo o...? 

Una ola de placer se adueñó de ChanYeol cuando la húmeda lengua de JongIn se pasó por el glande de su pene, tan lentamente que ChanYeol sabía cuánto estaba disfrutando hacer aquello. 

Como pudo, teniendo los brazos temblorosos, levantó las sábanas lo suficiente como para poder verlo. No se iba a perder tan excitante espectáculo. 

Los ojos de JongIn brillaron con aquel deje de coquetería que se apropiaba de él cada vez que dejaba su ternura de lado y comenzaba a ser aquella máquina sexual que volvía loco a ChanYeol. El bonito cabello gris estaba desordenado y caía con gracia sobre su frente, dándole un aire tan despreocupado que ya era demasiado placentero verlo. 

Pero el placer de ChanYeol se fue directo a las nubes cuando su mirada siguió aquellas negras letras grabadas en la piel de los hombros de JongIn, envolviendo sus contorneados brazos, creando patrones por su pecho, y bajando hasta aquellas manos que estaban apoyadas sobre su pelvis, manteniéndolo quieto con un gesto que fingía ser suave pero que, en realidad, era extremadamente dominante. 

ChanYeol se mordió el labio inferior con más fuerza, no deteniendo del todo aquel gemido que salió desde su garganta. 

JongIn sonrió, actuando de inmediato. 

Demasiado desesperado.

El calor aumentó en un cien por ciento en su cuerpo y su cabeza dio millones de vueltas sólo con la imagen de JongIn tomándole la base del pene y dirigiéndolo, con tanta confianza, hacia esos calientes labios que tiene. No hubo preámbulos, ¿quién los necesitaba? El príncipe se notaba tan ansioso como ChanYeol estaba de excitado. 

Su erección dolía, más aún cuando la mano del príncipe inició esos movimientos tortuosos por toda la erección, siendo lento, suave, maravilloso; y ni hablar de la forma en que los labios de JongIn se adueñaban de la cabeza de su falo, succionando y apretando en los momentos adecuados, en los momentos en que lo mandaba a la mierda, logrando que aquel cosquilleo en su vientre bajo se descontrolara. No iba a soportar demasiado. Mierda. 

Demons (2° y 3° temporada)  [ChanKai/KaiYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora