Demons (2° y 3° temporada) [ChanKai/KaiYeol]

Buenos momentos.

—No. Espera, ChanYeol...

Fue inevitable. De verdad que no quería pensar nada más allá de lo que estaban haciendo pero, mierda, JongIn susurró tan cerca de su cuello que toda su piel se erizó en ese instante, mandando una especie de corriente eléctrica por toda su espina dorsal. Algo que definitivamente no pasó desapercibido para JongIn, quien de inmediato sonrió de medio lado, dándole aquella coqueta mirada de soslayo que tanto le caracterizaba.

Y por muy nervioso que se sintiera, estaba agradecido por volver a ver aquel brillo en los ojos de JongIn.

Había sido una semana difícil.

JongIn se metió el extremo de la negra camisa dentro del dobladillo de su ajustado pantalón, igualmente negro. ChanYeol esperó pacientemente, mirando de reojo como JongIn se acomodaba aquellos suspensores; su gris cabello haciéndole cosquillas en el mentón.

—Ahora sí. Pasa esas cadenas por aquí hasta el cuello de la camisa.

JongIn habló y señaló, abultando los labios, el punto donde ChanYeol debía unir las cadenas.

Las manos de ChanYeol temblaron, provocando la risa de JongIn.

—¿Pasa algo?

Las manos del moreno soltaron los suspensores sólo para ir a parar al pecho de ChanYeol, dando caricias sutiles que aceleraron aún más el corazón del más alto.

ChanYeol negó, apretando los labios en una sonrisa nerviosa.

El mismo gesto que hace BaekHyun, el mismo gesto que hacía Kris.

—Es sólo que... Te ves muy sexy. ¿Estas cadenas sirven para algo?

Bajó sus brazos rápidamente, aunque no tan rápido a diferencia de cómo habló para disimular el hecho de que acababa de decirle "sexy". Era extraño dejar que sus pensamientos salieran así sin más.

JongIn le miró con las cejas alzadas por un par de segundos, terminando por sonreír de manera maliciosa. Sus ojos formando dos pequeñas medias lunas y el puente de su nariz ligeramente fruncido.

El gris cabello del príncipe estaba más peinado que de costumbre. Se veía más varonil, más maduro.

—No, no sirven para nada, pero Key dijo que se verían bien y estoy de acuerdo.

ChanYeol parpadeó rápido con la sinceridad de JongIn, riendo al cabo de unos segundos.

Claro, Key.

Cuando sintió que las manos de JongIn acomodaron el primer botón de su camisa, sonrió.

Todo había terminado.

Todo había terminado de una manera dolorosa.

Había sido tan difícil convencer a JongIn de que no era el culpable de la muerte de su madre, pero había sido aún más difícil el convencerlo a él de que no era el culpable de la muerte de Kris.

La verdad, la culpa no dejaba de pesarle en los hombros, pero lo mejor era mantenerlo a escondidas. Por él, por JongIn, por BaekHyun; quien no había dejado de llorar la muerte de su hermano en toda aquella semana.