11. No tuve más remedio

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Los chicos tardaron otros dos días en regresar a la escuela de Lex. Él les estaba esperando a la entrada, pues gracias a un hechizo había conocido su paradero en todo momento.

-Siempre ha sido muy astuto- dijo el director cuando le contaron lo que su hermano había hecho- Sabe que no existe ningún poseedor de otra especie que conozca el poder de volar, y que ningún humano, aun pudiendo alzar el vuelo, podría tocar el cofre.

-¿Y qué vamos a hacer?-preguntó Alex-.

-Convencer a Lena de que nos ayude- respondió Kara- Es la única forma de conseguirlo.

-Ya. ¿Y cómo llegaremos a ella?

Kara se encogió de hombros y miró a su director.

-Puede que haya una manera, - contestó éste- pero no creo que te guste.

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-Imposible. No puedo arriesgar la vida de mi hermana- dijo la elemental- Ya le hice prometer hace tiempo que no la buscaría.

-Y cumplí mi promesa, pero es la única forma de encontrar a Lena- le dijo Lex- Como ala blanca que es, recuerda cada momento de su vida. Si alguna vez Krypton la condujo hasta donde está ahora Lena, sabrá decirnos dónde es.

-Ya no es una niña-le dijo Alex- y tampoco una adolescente corriente.

-Tiene poderes, Kara. Poderes que la hacen casi invulnerable- intervino el director- ¿Conoces su virtud?

-Pueden volar-contestó la chica-.

-Pueden volar velocidades vertiginosas. Para ellos, la velocidad es un juego y la vida normal es un aburrimiento. Nadie podría tocarles jamás si ellos no quieren. Son invulnerables.

-¿Y cómo va a saber dónde se encuentra mi hermana? Es muy posible que ya no vivan en la misma casa que cuando yo vivía con ellos. Tendrán miedo de que Krypton vuelva a encontrarlos.

-Puedo saber exactamente dónde está cada persona en cada momento, exceptuando aquellas que estén bajo un hechizo de protección. Podría saberlo en unos segundos.

Kara pasó su mano entre sus cabellos blancos durante un minuto.

-De acuerdo. No hay otra manera de acabar con esto.

En un instante, Lex cerró los ojos y pronunció unas palabras en un idioma arcano. Cuando los abrió todos sabían que conocía la respuesta que necesitaban.

-Vive con sus padres en un pueblo a unos doce kilómetros de aquí, al norte, llamado West Hill. Partiréis mañana por la mañana y estaréis aquí en la tarde, sin más demora.

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Kara se alejó de sus dos acompañantes ante su atenta mirada. Poco a poco se fue acercando a la puerta, nerviosa, y se paró ante ella. Tardó unos segundos antes de atreverse a golpearla.

-¿Sí?- contestó un hombre tras la puerta que no se alegró nada ante aquella presencia-.

Su padre había envejecido mucho desde la última vez que lo había visto. Su aspecto jovial se había desvanecido con el tiempo dando paso a algunas arrugas y muchas canas.

-Vengo en busca de Nia Danvers.

-No quiero que mi hija se junte con gente como vosotros- negó, intentando cerrar la puerta-.

Quien hubiera conocido a Kara antes de cumplir los diecisiete años jamás habría apostado que su aspecto en la actualidad pudiera ser ese. Su padre no la reconoció, como ella esperaba.

-Será sólo un momento- contestó, frenando la puerta de forma amenazante- Es importante.

El hombre titubeó, pero al final el miedo le llevó a complacerla. Un minuto más tarde, una joven de catorce años, de pelo y ojos castaños, salió por la puerta. Parecía una chica corriente, salvo por un leve bulto tras la ropa que cubría su espalda. Cuando la vio, una mueca de rencor se abrió paso en su expresión.

Katie (Supercorp + Agentreign + Brainia) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora