9. No pueden entrar gekkos

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Kara cogió varias prendas y las empaquetó. Después, bajó a la cocina en busca de comida. Aún no había hablado con Barry, y eso la trastornaba. ¿Qué iba a decirle? ¿Que llevaba diez años atormentada por lo que hizo y que ahora lo abandonaba para ir a remediar su error? Sin embargo, no tuvo otra opción que afrontarlo cuando lo vio de frente en la despensa.

-¿Kara?- preguntó él-.

Ella lo abrazó. En su cara vio que ya sabía que se iba, pero ambos conocían los sentimientos de ambos. No habían significado más que una buena amistad con quien calmaban la soledad.

-No sabes cuánto lo siento, Barry, pero tengo que hacerlo.

-Lo sé, Kara- le dijo- No te preocupes. Sabía que algún día te irías de esta escuela y también sabía que no nos volveríamos a ver. No estamos hechos el uno para el otro y ambos somos conscientes. Te quiero mucho, pero no estamos enamorados.

-Siento no haberte confesado lo que sentía por ella.

-Lo sabía, ¡vamos! Siempre lo he sabido. Nunca has dejado de pensar en ella- le dijo Barry- Aparecía en tus pesadillas y en tus fantasías. Ha sido toda tu vida- Kara lo sostuvo un instante entre sus brazos -Espero que la encuentres y que seas feliz.

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En la entrada de la escuela el primer rayo de sol bañaba a Kara que esperaba ansiosa por sus compañeros.

-¿Dónde está Alex?- le preguntó a Olsen, que caminaba hacia ella-.

-Aún duerme. Apenas lleva un par de horas en la habitación.

-No podemos esperar. Tenemos que partir ya- insistió la joven elemental, nerviosa por la posibilidad de poder arreglar lo que arruinó hacía años-.

-Le aseguro que vale más esperar unas horas que soportar a la señora Cadmus cansada.

Olsen, como buen soldado, trataba con respeto a cualquiera que fuera su superior, como le había enseñado Lex. Ahora, debía obedecer a Kara y a Alex, pues así se lo había indicado el director.

El corazón de Kara dio un respingo cuando escuchó el apellido de su amiga. Lo había oído un montón de veces esos años, porque era el que les daban a los niños abandonados en el orfanato. Y Lena también era Cadmus.

-De acuerdo- se resignó cuando volvió a centrarse- Entonces iré al bosque a practicar mi poder. Salid a buscarme cuando estéis listos.

-Como ordene, señora.

Kara colgó a la espalda la poca ropa y la comida que había recogido y atravesó el portón que la separaba del bosque.

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Alex se desperezó y saltó de la cama. Se detuvo un momento para lavarse la cara y rápidamente salió por la puerta, bajó las escaleras y llegó al patio. Allí encontró a unos cuantos alumnos que corrían temiendo llegar tarde a la primera clase de la mañana.

Al fondo, al lado del portón abierto, Olsen esperaba pacientemente junto a los caballos y el poco equipaje que ambos llevaban, acompañado por el perro del chico, que dormía sobre la hierba.

-¿Ya está, señora?- le preguntó el phromys-.

-Sí- contestó Alex- Ahora vayamos en busca de ese cofre.

-¿No va a avisar al director?

Alex alzó el brazo y señaló a lo alto de una torre. Allí, una figura humana les observaba atentamente.

-Él ya sabe que nos vamos.

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Los dos chicos recorrieron el denso bosque en busca de Kara. Acostumbrados a rastrear poseedores que intentaban por todos los medios borrar sus huellas, no les fue difícil encontrar a la joven, que no había hecho nada por ocultarse.

Katie (Supercorp + Agentreign + Brainia) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora