Capítulo 8 Actualidad

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Alis

Dicen que el tiempo cura todas las heridas. Pues entonces yo era del 5% de las personas a quienes ese refrán no les había funcionado. Sentía cólera por aun necesitarla como agua en el desierto, moría de rabia por no aprender a quererme y no a que querer, por no poder sacarla de mi mente a pesar del tiempo que había pasado, mis sentimientos se encontraba renuente a la realidad de haberla perdido. Era como encontrase en un hoyo negro, el cual solo se desvanecería al tener su tacto, sus besos o al menos una mirada.

Las marañas de recuerdos siempre se rebobinaban como un disco sin fin, recordando lo que más dolía o lo que más me afectaba. Esos vividos recuerdos del pasado permanecían intacto en mis cavilaciones, el rostro de Engelle con una sonrisa de satisfacción mientras besaba con pasión a Víctor me torturaba cada mañana en mis aposentos.

Esa mañana en especial sentí un escalofrío invadiéndome todo el cuerpo como una premonición inminente, poco a poco sus rostros fueron desvaneciéndose hasta solo quedar en una oscuridad inminente. Me levante sobresaltada y sudorosa tratando de recuperar el aliento, los mismos recuerdos que me atormentaban hace cinco años seguían estando tan presente en mi memoria como si hubiera sido ayer.

La mayor tortura que la vida podía brindarme era aún recordar cada instante de ese fatídico día.

(Flashback)

El destino de cada personas ya está establecido solo depende si escogemos el camino correcto a seguir.

Antes de que mi vida diera un giro 350 grados, la Universidad de Londres me había ofrecido una beca universitaria con todo pagado, esto se debía a grandes logros académicos. No me mofaba de mi nivel estudiantil pero tenía muy buenas notas en todos los parciales. Era una gran oportunidad como no aceptar pero en esos momento no pensaba con claridad estaba tan segada por el amor que sentía que no podía aceptar. El no volver ver su rostro, tocar su piel, besar sus labios el solo pensarlo me enloquecía y seme resquebrajaba el corazón. Así que tome las decisión de no contestar la oferta y seguir con mi vida tal cual como estaba, no quería cambiarle nada, así como estaba era perfecta.

Dicen que no todo en la vida es fácil o perfecto pero como saber sobrellevar algo que te lastima tanto que prefieres huir antes que afrontarlo. Eso era lo que pasaba en ese momento como afrontar que los meses que creía más felices de mi vida eran mentira, como creer que la persona que más amaba no te quería, como pensar que esa persona amada para ti no te lastimaría jamás. Pues vivía en una burbuja que acaba de explotar, de la cual solo quedaban las gotas de lo que fue y que no volvería hacer.

Cuando me di cuenta de la mentira en la que vivía ya era muy tarde, todo se desplomo a mí alrededor sin saber que hacer o cómo actuar solo quería huir y no escuchar. Pase la noche en vela llorando por la tracción, por las cicatrices sucumbidas en mi corazón, por el amor que sentía y nadie correspondía.

Con cada lagrima derramada dejaba un poco del dolor que sentía por dentro, solo quería no estará en mi propia piel dolía demasiado, solo quería huir irme lejos y no regresar jamas, fue entonces que la luz del ordenador llamo mi atención, debajo de toda la publicidad de internet encontré la oferta universitaria que me habían ofrecido. Mil pensamientos sucumbieron mi mente, la mayoría cuestionando los pros y los contras de mi decisión, ya no tenía nada porqué estar en esa universidad, tenía una nueva oportunidad de comenzar de cero y dejar el pasado atrás. Mi familia me entendería, si les explicaba que tenía una nueva oportunidad de un futuro mejor, pero a mí misma no podía mentirme solo estaba huyendo de un pasado doloroso el cual quería dejar atrás aunque me pareciera imposible. Decidida a dejarlo todo y segada por la rabia e ira, la acepte sin pensarlo un minutos más e inmediatamente recibí la solicitud de confirmación en la que declaraba mi previa matriculación y un pasaje para ir a Londres. Resignada por mi suerte aliste mis maletas llevándome con ella a Robert, no podía dejarlo hay solo a su suerte. Necesitaba salir de ese lugar lo más pronto posible, cada fragmento de la habitación me recordaba a ella, ese instituto guardaba demasiados recuerdos que lastimaban y taladraban mi mente, era demasiado dolor para poder sopórtalo. Con las maletas lista y sin mirar atrás, me aventure a los que el destino incierto me brindaba.

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