Capítulo 23 El dolor de la separación

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Alis

Todo a mí alrededor es sumamente silencio, la tenue luz del fondo de pasillo enfocaba una sombra tenue y deformada. Poco a poco me voy acercando hacia la luz, con el miedo floreciendo en mi piel y con la tensión arremolinándose en el ambiente, la luz a medida que me voy aproximando va enfocando cada vez a una persona sentada en la estancia vacía. Tiene la cabeza agachada con sus rizos tapándole el rostro, su manos están atadas en la parte trasera de la silla y sus piernas capturadas por una cinta adhesiva manteniéndola presas con cada extremidad de la silla. Al ver a alguien acercarse rápidamente trata de retroceder pero no puede, levanta su rostro para ver a su opresor y en ese momento me congelo, la sangre de mi cuerpo golpea mis pies y mi vista empieza a nublarse por las lágrimas, duele vera de esa forma, su rostro tiene cortes, golpes y moretones, su ojo derecho se encuentra morado e hinchado, su ropa esta empapada de sangre al igual que su rostro ella se ve tan vulnerable, asustada y perturbada que duele verla de una manera indescriptible. Trato de acercarme a ella para soltarla pero mis manos no logran tocar la su cuerpo de repente un viento espeso y devastador empieza a arrastrarme, alejándome de ella, lloro, corro hacia ella pero mi pies no logran dar un paso por la fuerza de viento, grito su nombre innumerables veces tratando de sentirme menos inservible en este momento pero no puedo, ella me observa con los ojos llenos de lágrimas y su mirada transmitiéndome todo el miedo que siente, sus labios dicen algo apenas audible pero al ponerle toda la atención que puedo lo entiendo ¡Ayúdame....! Dicen en un murmullo y de repente desaparece creando un gran vacío oprimiendo mi pecho.

Despierto en vida sin derecho a estar con vida, llorando de agonía, muriendo por la condena de no tenerla. Toda mi vida iba en cámara lenta, volviéndome vulnerable entorno a cada minuto que pasaba, un grito ahogado se forma en mi garganta a punto de estallar en el exterior, lo único que quería era estar junto a ella y lo único que tuve a cambio fue un silencio devastador. El temor se incrustando en mis huesos haciéndome perder la razón, me levanto rápidamente con mis piernas temblando, busco en cada rincón de la casa pero no la encuentro, el miedo se apodera de mí, grito desesperada su nombre pero no obtengo respuesta y entonces me derrumbo ante la verdad frente a mis ojos, ella está en peligro y lo único que hice fue quedarme dormida sin importarme a lo que ella se arriesgaba, la culpa me carcome lentamente mi corazón haciendo mi agonía más desbastadora, lloro como nunca antes lo había hecho, siento un dolor insoportable oprimiendo mi pecho que me deja sin aliento.

Unos brazos fuertes me abrazan hacia su cuerpo y me reconforto con el calor de su cuerpo, Hugo está a mi lado tratando de calmar mi dolor de la única manera que puede dándome su hombro para llorar, mis lágrimas empapando su camisa negra. Después de unos largos minutos logro tranquilizarme, me alejo para ver su rostro y me quedo impactada por lo que ven mis ojos, su ceja izquierda tiene una rastro de sangre seca incrustada en el corte profundo que tiene la misma, la parte superior de sus camisa esta machada de sangre y su labio inferior tiene una cortada. Cuando me levanta para llevarme al sofá me doy cuenta que cojea por el dolor insoportable en su costilla derecha ¡cuando rayos paso todo esto y no me di cuenta! Rápidamente me levanto al botiquín tratando de curar sus heridas, una vez termino mi trabajo lo observo minuciosamente esperando su respuesta pero nada sale de sus labios así que atrevo a indagar un poco más sobre que paso con Engelle – ¿Hugo que paso anoche? ¿Dónde está Engelle? – interrogo tratando de tranquilizar los nervios incrustándose en mi piel.

-- ella fue raptada.... – su vos masculina y varonil se rompe al recordar lo sucedido -- fue al encuentro con el acosador, yo en todo momento estuve con ella a una distancia prudente—pausa tragando el nudo que se instala en su garganta – fue una emboscada un chica rubia la estaba esperando allí y le inyecto algo en el brazo haciéndola desvanecer en instantes, yo.... Yo... trate de llegar a ella pero unos matones me lo impidieron dejándome inconsciente al instante, cuando desperté ya no estaba y no pude rastrearla más... —finaliza con la vos entre cortada y con la ira e incertidumbre atosigado en su mirada, se notada su frustración e inquietud al no encontrarla se notada que también estaba sufriendo por la desaparición de Engelle.

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