Capítulo 11 Confianza por venganza

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Alis

Dicen que el tipo cura todas las heridas pero yo había vivido en carne propia que toda esa teoría era mentira, el tiempo no curaba las heridas, el tiempo solo podía apaciguar la sed de venganza que se albergaba en lo más profundo de tu ser, no podía luchar contra el odio carcomiéndote el alma, no podía contrarrestar los miles de recuerdos que amenazaban con quitarte la cordura a diario ¡No! el tiempo no curaba nada solo prolongaba un desastre inminente.

Así que con esta nueva determinación en mi mente implemente todo mi plan que hasta ahora estaba saliéndome a la perfección. El "incidente en el ascensor" fue el primer paso para ganarme su confianza, admito que fue una de mis ideas más osados pero que al final estaba rindiendo frutos, me había ganado su confía y le había demostrado que no guardaba ningún rencor por el pasado. Note que las intenciones de Engelle eran acercarse a mí y yo no podía desaprovechar la oportunidad para entablar lo que podría llamarse una amistad.

Desde ese instante todo comenzó a girar en torno a mí y a ella, las semanas transcurrían tan rápido alrededor de su presencia, constantemente nos veíamos en el patio de comidas, teníamos conversaciones interminables con las que a veces se nos pasaba la hora de regresar a nuestros puesto, siempre me esperaba para bajar en el ascensor juntas y nos despedíamos como si no nos fuéramos a vernos nunca más. Al final de cada día me daba cuenta que la extrañaba tanto que me dormía temprano sin esperar a Erick solo para volverla a ver, me reprendí muchas veces por este comportamiento, no tenía que ser de esa manera, no podía incluir ningún tipo de sentimiento en nuestras relación si así podría llamarla.

Tenía que ahuyentar todo los sentimientos que me invadían sin previo aviso. Me había convencido varias veces que mis sentimientos solo eran por la traición que había sufridos hace tantos años atrás. Solo tenía que cumplir con la venganza que contenía por dentro para así poder obtener lo que tanto anhelaba.

Hoy después del trabajo Engelle se había acercado para invitarme a salir "conversar como amigas" me había propuesto con un desdén de entusiasmo. Después de pensarlo un rato acepte sin dudarlo <podría ser un paso más para ganarme su confianza> pensó mi subconsciente. No podía creer que todo había pasado tan rápido mis planes iban viento en popa, así que acepte que pasara a recogerme por la noche a mi departamento.

Poco a poco iba logrando mi objetivo. Una tempestad de emociones arremolinándose en mi interior, no sabía si eran de euforia por obtener lo que quería o por la ansiedad de salir con ella esa noche. Aleje los millones de pensamientos que se albergaban en mi subconsciente y me dispuse a arréglame. Después larga indecisión por el vestido que usaría esa noche, elegí uno color vino al cuerpo con cuello pero sin mangas que combinaban con el bolso del mismo color unos zapatos de tacón color negro, justo cuando me estaba maquillando escuche la puerta abrirse.

-- hola cariño llegue—la vos de Erick resonó en toda la habitación que hasta me hiso sobresaltar, el percatarse de mi presencia se acercó por mi espalda y me dio un beso en el cuello—te ves hermosa ¿dónde vas? – pregunto con tono meloso.

-- hola amor me asustaste estaba distraída—me disculpe – saldré con una amiga cariño—me di la vuela para verlo a los ojos y le di un beso casto en los labios—no te molesta o si—le dije en tono juguetón.

-- solo si regresas antes de las 12, tengo ganas de jugar a la cenicienta esta noche—proclamo en tono sensual.

-- uyy... interesante, tratare de llegar lo antes posible a la casa, mi príncipe pervertido—lo abrase por el cuello y lo bese con más intensidad como sellando nuestro pacto de esa manera mágica.

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