Capítulo 11

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"Cada ser humano es responsable de sí mismo y de sus acciones, con sus respectivas consecuencias"

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¡Mierda! No quería hacerlo, pero era inevitable, sé que en lo más profundo de su ser me reconoció, lo supe por su mirada, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa tuve que golpearla, no podía permitir que atara cabos y llegará a conclusiones que no me convenían, por Dios que estaba a punto de volverme loco. Este maldito plan no había ido por donde quería, necesitaba asustarla, pero mierda, mi chica no era tonta y en la primera oportunidad intentó escapar, si no hacía nada el idiota de mi compañero asignado le iría con el chisme al jefe y eso era lo que menos me convenía; tuve que hacerme el fuerte y hablarle, otro error, sé que tarde o temprano Lorena va a recordar esa voz y estaré en una mala situación.

—Mateo es mejor irnos de aquí, no nos conviene que la reina despierte y nos reconozca, ya tuve suficiente con arriesgarnos a que escapara.

—Andrés cálmate, ya nos vamos, ve adelantándote y espérame en el carro.

—Hecho hermano.

Este definitivamente era un idiota, no lo soportaba pero que casualidad que el jefe lo enviara, este podría ser el chismoso y no me iba a arriesgar más.

—Amor, lo siento tanto.

Cuando me iba a ir, no pude ser tan canalla y dejarla ahí sin al menos su teléfono, necesitaba una garantía de que su padre o su familia la encontrara fácil, no era un ser tan despreciable después de todo, tenía algo de corazón. Para mí era una tortura irme sabiendo que mi chica estaba ahí tirada, inconsciente y con sangre en su cabeza, esto era algo que nunca me iba a perdonar y necesitaba sacar esta furia que me estaba consumiendo, pero primero debía huir y hablar con el jefe.

Corriendo, llegue al auto y llame a Tomás. —jefe, está hecho el trabajo.

—Bien, por fin me das algo, ahora puedo hacer mi parte llamando al idiota del papá.

—Está bien jefe.

—Mateo, quiero verte aquí en la bodega esta noche, necesitamos hablar sobre el rumbo que va a tomar todo esto.

—Ahí estaré.

—Bien, ahora te repito, no me defraudes, eres uno de los mejores elementos en mis filas, no quiero ser porquería, pero recuerda que todos en tu familia dependen de ti, me alegra que tuvieras pantalones, sin embargo, no es suficiente.

—Tranquilo jefe, esta noche hablamos.

Cuando colgué me acomodé bien en el carro y cerré los ojos, necesitaba evadirme de toda esta mierda y no sabía cómo.

—Por cierto, Mateo, buen culo el de tu novia, lastima el destino que le espera, si el jefe me dejara, me encargaría de coronar esa reina y te juro que sería algo que ella jamás olvidaría.

Este idiota me iba a conocer, lo peor de todo es que sabía que esto era una provocación, seguramente el jefe le dijo que necesitaba saber si estoy enamorándome y si mis prioridades cambiaron, pero como el infierno le iba a ir, el día menos pensado le tendría que hacer tragar todas sus malditas palabras.

Así que, sin caer en sus provocaciones, me giré hacia él y poniendo la mejor máscara de la vida, con una sonrisa le dije: —Es cierto, incluso deberías ver como lo mueve mientras baila, te aseguro que tu mini amigo, estaría emocionado y cuando la tengas para ti, hasta me les una. O quizás mientras la tenga debajo, nos tomaré fotos y te las enviaré, junto a una nota que describa como fue.

—Eso hermano, así me gusta, ver el maldito que no se conmueve por cosas banales y estúpidas.

Tenía que conservar la calma, este era el Mateo que todos, incluido el jefe conocían, el idiota que se comía a las viejas delante de todos y el que las utilizaba, pero ahora no estaba tan seguro de que lo que aparenté por años haya sido mi mejor versión.

La historia de mi vida. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora