Epílogo

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Me despertó un pitido constante, seguido de un dolor de cabeza insoportable. Cuando intenté moverme caí en cuenta que estaba en la cama de un hospital y con más cables que nadie.

La luz me hacía daño y tenía mucha sed, pero justo en ese momento entró la enfermera y corriendo fue a llamar al médico.

—Señorita Ramirez, soy el doctor Mauricio Escallon, soy el medico que ha estado pendiente de su caso, por favor dígame cómo se siente.

—Fa, fatal, me duele la cabeza y la garganta, tengo mucha sed —apenas sentía que arrastraba las palabras.

—Tranquila, le traerán agua. ¿Por ahora dígame, recuerda por qué está en el hospital?

—No, todavía no lo entiendo, en este momento no puedo recordar qué pasó. Mi corazón latía muy rápido, me sentía perdida y asustada.

—Relájese por favor, si no se calma tendré que darle un sedante para que se relaje. —Entendía lo que me decía, pero no era capaz de relajarme, estaba muy asustada sin entender lo que me estaba pasando. Así que volví a relajarme y a dormir.

Cuando volví a despertar, seguía en el hospital, pero estaba mucho mas relajada, con la mente un poco mas clara y pude empezar a recordar de a poco. Recordé el secuestro, recordé la bodega, a mi papá, a Tomás y recordé por fin al hombre más horrible del mundo, al hombre que me hizo más daño que el mismo Tomás, Martín. Lloré en silencio, dolía demasiado, más que cualquier dolor físico que pudiera estar sintiendo.

Se abrió la puerta dándole paso al doctor —Señorita Ramirez, veo que está mucho mas tranquila, dígame por favor cómo se siente.

—Mejor doctor, tengo un poco de dolor de cabeza y me siento confundida.

—Eso está bien, por favor necesito que me cuente qué tanto recuerda, qué siente, cuénteme en general como está.

—Recordé por qué estoy aquí, pero prefiero no hablar de eso en este momento, aparte de la cabeza, me duele el lado derecho del abdomen y siento una ligera molestia en la parte baja. Y nada más. Pero dígame cómo estoy y cómo está mi padre.

—Claro, el dolor en el costado derecho es normal, le va a doler un par de semanas, recibió un impacto de bala pero fue superficial, afortunadamente no tocó ningún órgano. En cuanto al dolor en la parte baja del abdomen, usted y su bebé estarán bien, duele por que tuvo una amenaza de aborto causada por el estrés de la situación. Y de su padre, él está bien, no demora en regresar.

El alivio al oír que mi padre estaba bien fue instantáneo, pero quedé impactada de saber que estaba embarazada y que a pesar de haber un impacto de bala, ese bebé estaba ahí. En ese momento entró mi papá a la habitación y solo pude llorar, de alivio y de susto, porque todavía era algo increíble para mi.

—¡Mi niña, estás despierta, qué alivio!

—Papá, estás bien, no sabes cuanto me alegra, tenia miedo. —Senti un alivio muy grande, ahora solo tenia que hacer la pregunta mas difícil de todas. —¿Cómo está Martín?

—Mi niña, no te preocupes por esa persona...

—Papá por favor, dime cómo está, tengo que hablar con él, tengo que contarle.

—Amor, tranquilízate, Mateo que es su verdadero nombre, está en cuidados intensivos, se atravesó cuando Tomás te disparó y por eso la bala no te hizo más daño, pero en el momento que él hizo eso, le dispararon y por eso está tan delicado. La policía lo está custodiando.

Saber qué estaba vivo me daba de algún modo tranquilidad, pero saber que ni siquiera conocía al verdadero hombre detrás de la fachada, me seguía rompiendo el corazón, pero era aún más difícil aceptar que siempre llevaría una parte de él conmigo.

1 año después

Caminar por el parque llevando un cochecito de bebé no era mi sueño de futuro, pero cuando supe que venía en camino, lo acepté y me hizo feliz saber ese bebé fue fruto de mi amor mas puro, de un momento en el que entregué mi corazón y mi alma, así me los rompieran poco después.

Hoy un año después de todo lo sucedido no podía creer todavía que todo fuera el producto del rencor de un hombre malo, de un hombre resentido, que terminó pagando con su vida una venganza que nunca debió comenzar.

En cuanto a Mateo, el supuesto hombre de mi vida, es duro pensarlo, pero lastimosamente no pudo soportar sus heridas, me salvó y sin saberlo salvó a su hijo y jamás podrá saberlo por que justo hoy se completa un año de su muerte, un año en el que aprendí que el amor no siempre es fácil, no siempre termina bien, pero también comprendí que el amor puede ser lo mas valioso que tenemos, lo que nos impulsa.

Al final entendí que perdí al amor de mi vida, al hombre al que le entregué mi corazón así me lo destrozara, al hombre que me enseñó a ser feliz así fuera una fachada, al que sin saberlo me dejó lo mas hermoso del mundo. Al final perdí al hombre que amaba, pero gané el amor mas puro que puedo conocer, el amor por mi bebé, mi ángel, mi Martín.

—Mi vida, ¿otra vez caminando por aquí con el bebé?

Sonreí, mi mamá y mi papá habían sido el soporte emocional que necesitaba, ellos y mis amigas, las que nunca me dejaron, las que fueron una curita para mi pobre corazón adolorido, las que se convirtieron en las mejores tías del mundo.

—Si mami, solo estaba pensando en que hace un año se acabó esa pesadilla, perdimos mucho, pero también supe que habíamos ganado más de lo que necesitábamos. Sabes mami, estaba pensando en la historia de mi vida y en cómo el amor ha hecho que me levante y tenga una razón para luchar, para vivir.

Me acerqué a ella y la abracé, sonriendo por que ahora no estaba sola, tenía un angelito de carne y hueso, igualito a su papá y quien era la razón de mi vida.

La historia de mi vida. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora