2 - Animales

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Una semana después.

— Estas de puta coña...

— No.

— ¿Qué? ¿Henry?

— ¿Qué?

Estaban a punto de llegar a Fillmore St.

Hace unos cinco minutos que Jean lo había ido con el coche a buscar a casa, el omega había salido por el portal con una mochila colgada en un hombro y una caja de plástico, el alfa quiso preguntar, pero el otro no le permitió decir nada.

Fueron con tranquilidad por las calles de San Francisco, mientras seguía las indicaciones del omega, pero cuando se estaban acercando al destino y Jean leyó el cartel del edificio no dudo en cuestionar.

— ¿Qué coño vas a hacer con un animal?

Henry no dudó en responder mientras bajaba del coche tras haber aparcado en el primer hueco que vieron.

— Adoptarlo. Se me ocurrió al llegar a la casa la semana pasada, contacté, vieron el estado del piso y hoy vengo a ver si tengo permitido llevarme algún bichito.

Entraron al edificio, la recepcionista levantó la mirada al escuchar la campanilla que sonó al abrir la puerta. Después de unos minutos presentándose, la siguieron al interior del edificio.

— Vale chicos, necesito que entréis calmados y en silencio, estáis entrando en su territorio, y algunos resultan muy agresivos.

Las puertas se abrieron mostrando otra, se quedaron entre ambas, y hasta que la puerta principal no se cerrase, la segunda no se abría.

Una vez dentro escucharon, toda clase de maullidos, ronroneo...; la paleta de colores era abundante, negros, pardos, tricolores, atigrados, blancos, naranjas...

No se movieron de la puerta, observaron su alrededor viendo como unos descansaban o saltaban, y otros simplemente los observaban sentados en su sitio, Henry fue el primero en dar el primer paso, sin importar las advertencias de Jean.

— H-henry, espera. — Le susurró para que le prestase atención, pero no lo hizo.

Henry aprovechaba cada hueco que tenía para poder llegar casi al centro del espacio, una vez allí se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, estaba fascinado por la belleza de esos animalitos, estiraba la mano para que algunos le olfateasen la mano y dejarse acariciar entre las orejas, otros directamente se alejaban.

Pero hubo uno de ojos grises, pelaje oscuro y la punta de la cola negra, que se acercaba curioso, se sentó en frente de él mirándolo a los ojos. Sus proporciones eran extrañas.

— Hola.

El pequeño gato hizo un movimiento con las orejas al escuchar la voz de Henry, este al ver la graciosa pose del animal, estiró una mano hacia su cara soltando feromonas positivas, el gatito al olerle la mano se restregó mimo mientras se acercaba a sus piernas y se acostaba en el hueco de estas. Henry, sin saber qué hacer y fascinado por la confianza del felino, le rasco el lomo mientras escuchaba el ronroneo entre maullidos.

— ¿Ya sabes cuál te vas a llevar?

Se giró al escuchar la voz de Jean a su izquierda, se había sentado de la misma forma a su derecha, con dos gatitos en el hombro y uno reclamándole atención, apoyando una patita en su pierna.

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— ¿Ya lo has encontrado?

Le preguntaba la chica mientras se sacudían los pelos al lado de la puerta de salida.

Domestícame (Omegaverse) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora