Gabriel continuó apareciendo por las tardes, no comentó nada sobre aquel alfa, directamente decidió borrarlo de su memoria, cada día su timidez disminuía, se permitía preguntar más, a veces llegaba antes de la hora que solía aparecer, sonriendo con total confianza. Y muchas veces aparecía antes de cerrar insistiendo en ayudar.
Le presentó un amigo que se encargó de todos los problemas administrativos, satisfaciendo sus frustraciones y agradecido por poder estar más pendiente del local que hacer cálculos. El alfa continuó con insistiendo en salir, cenar algo fuera, o simplemente ir al cine para ver la última película, quizás por falta de interés Henry decidió rechazar sus invitaciones sin excusas. Nolan al volver a trabajar lo perseguía con la mirada, con la sospecha de que el alfa seguía intentando buscar algo que simplemente Henry no quería ver, y la charla que tuvieron, cuando apenas se había vaciado el local, lo dejo tocado. Pensando.
- ¿Vas a seguir mirándome así todo el día? - Se había acercado a la mesa del alfa dejando en la mesa el plato con ensalada de salmón. Al volver Nolan intentó disimular como le había estado siguiendo con la mirada.
- Perdona, - Sonrió como un niño alegre, sus feromonas seguían intensas, por ese motivo, estuvieron de acuerdo en permanecer detrás de la barra, colocando los pedidos de cocina en la barra para ayudar a servir en las mesas, ese día sus mejillas estaban sonrojadas por el colorete, e iluminadas por el dorado, dejando un rostro acaramelado, sus ojos suavemente maquillados se mostraban grandes y brillantes como dos canicas. - pero el ambiente está mucho más cálido.
- ¿Acaso me estás vigilando?
- No, pero hay caras que cada vez me resultan más conocidas. - Henry no quiso ceder, así que se quedó en silencio. - No te he visto con el ordenador últimamente.
- ¿Insinúas? – No fue hostil, sonrió con complicidad.
- Vas a s...
- No, no lo creo.
No le había dejado terminar, sabía a qué se refería. El alfa. Sus intenciones eran claras con Henry, pero él decidió no pensarlo mucho más. ¿Salir con aquel alfa bien vestido, educado y de futuro prometedor? Sería una buena oportunidad de pensar en dos y en no uno, comprometerse, quizás dejarse marcar y pensar en comprar una casa con jardín para que el perro disfrutase, pero eso no estaba en sus planes, solo pensaba en saber cuál era la mejor marca de paté para Momo, saber si debía dinero y esperar que apareciese su hermano.
Su hermano. Miles. No le había contestado a ninguna de sus llamadas, y sabía que, por las conversaciones con su madre, al regresar a casa se había encerrado en su habitación, sin dar explicaciones, con la misma actitud infantilizada de siempre.
Otra persona que había atormentado sus pensamientos últimamente era Keegan, el alfa impertinente, y no por constantes apariciones, sino por sus ausencias, había dejado de aparecer, tanto por el pasillo del edificio de donde vivían y como de la cafetería, reclamando como siempre algo para desayunar. Desde aquella conversación que había tenido mientras él comía, hacía ya casi dos meses de eso, no encontró su pelo rubio por el lugar, ni sus sonrisas picarescas. Bueno. Para que engañarse. En realidad si se habían visto, pero de forma esporádica, con casualidades que se esfumaban como la espuma cuando el alfa giraba su mirada como si fuese que no se conociesen.
Después de cerrar el local y despedirse de Gabriel, fue directamente a casa, eran las nueve y media de la noche, y al ser viernes la cuidad estaba algo agitada, el cielo estaba oscurecido y algo nublado. Cuando caminaba por el pasillo del edificio, delante de su puerta de casa, su móvil sonó, sinceramente dudó en responder al ver el nombre que apareció en la pantalla. Miles. Suspiró, y mientras abría la puerta de casa, atendió.
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Domestícame (Omegaverse) [Editando]
Romance------- ' Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar El Principito. -Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa «crear lazos». ' ------- Henry, un omega recien llegado a San Francisco, abre su propia cafetería. Comprender...