14 - Espíritu

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Jean estaba frustrado, molesto, pero nadie lo notaba, la anciana que aparecía algunas veces a la semana lo recibió con una sonrisa y algún comentario sobre lo agradable que era, detrás de la barra preparaba algunos zumos y bocadillos que venían de la nevera.

- ¿Cuánto tiempo vas a estar haciendo morros? - Nolan estaba agachado a su lado buscando las bolsas de papel.

El alfa se giró hacia la bandeja, dejando encima los platos y vasos llenos, suspiró sonoramente, era obvio que esa frustración se le mostraba en el rostro, Henry no había dicho nada esa mañana por el alfa estúpido que había desayunado con ellos, Keegan había conversado muy poco, y lo que había dicho no encajó con el humor de Jean, en cambio Nolan reía y Henry hacía sus muecas alegres.

Él en cambio, terminó de desayunar, levantando los platos vacíos decidió esconderse en el almacén.

Nolan como siempre, preguntaba sin maldad encontrado respuestas en aquella mirada perdida y manos blancas.

- ¿Tanto se nota? - Sonrieron ante el sarcasmo del mayor, las mejillas del menos parecían algodones de azúcar. - ¿Henry ha dicho algo?

- Henry no va decir nada. Sabe por qué estas así. Al menos se lo imagina, porque no dice nada.

Tras oír su respuesta, sonrió soltando el aire por la nariz.

Era cierto, Nolan ya era parte de ellos, disfrutaban de las noches después de cerrar, encontrando diversión en algunos bares donde los tres tomaban algo, conversaban sobre cosas que el pequeño omega sabía, algunos domingos salían al cine, y por las mañanas se turnaban para hacer el desayuno cuando coincidían los tres, Tatiana y Linda, también comenzaban a formar parte del grupo, además de Ned y Ash, una pareja de betas que comenzaron a trabajar hacía ya un mes, comenzaron tímidos, pero después ambos encontraron su hueco. Pero Nolan. Nolan mostraba ese carácter que resguardaba su adolescencia, pero con un pensamiento lógico, atrevido y muy alegre.

Lo miró de reojo viendo como guardaba las cajas en bolsas, no estaba esperando una respuesta. Pero el alfa tenía la espinita clavada.

- ¿No debería preocuparme?

- ¿Eres su padre? – Nolan inmediatamente lo miró, mientras ataba con una pequeña cuerda las asas de las bolsas.

- ¿Qué? No, por supuesto que no.

- ¿Entonces para qué?

- Podrías dejar de hacerme preguntas para responder la mía. - Nolan frunció el ceño ante la respuesta sonriendo.

- Jean, mira a Henry. - Se giró, viendo como hablaba con una niña pequeña, en las mesas del fondo. Era cierto, no habían pasado por alto como el omega parecía frustrado los últimos meses, y después de varias suspiros y muecas se dio cuenta que la ausencia del alfa había sido una grata sorpresa solo para Jean. Pero había algo que no podía negar, Keegan había devuelto una pequeña parte de alegría en Henry, a pesar de que en ocasiones no iba al restaurante sabía que se cruzaban al salir y entrar en casa, el aroma era mucho más tranquilo y en ocasiones alegre. - La presencia de Keegan cambia el espíritu de Henry.

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- ¡Momo! - Nolan caminó rápido por el pasillo al entrar, dejó las bolsas en la cocina, el gatito comenzó a maullar, saltando en la isla de la cocina, buscando al omega que lo llamaba.

Detrás de él estaba Henry, sonriendo al ver como el gatito jugueteaba con el delgado collar de Nolan estando en sus brazos, dejó sus bolsas en el mismo lugar que las demás, le siguió Jean, que abría la nevera guardando la bebida y la carne en la nevera. Cuando terminó, se levantó, buscando a Momo que seguía en los brazos del omega, elevó una mano acariciando las orejas del felino, pero este ni se giró, continuó mirando a la persona que lo cargaba.

Domestícame (Omegaverse) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora